martes, noviembre 15, 2022

Huevos Revueltos á la James Bond

Una Alfa Romeo, Martinis, Salmón, Champagne Rosé y UM546... "Los huevos revueltos nunca te defraudan" - Ian Fleming

Otra vida, la segunda, la imaginante, me llevaba a través de las calles de París aquella tarde. La suelas de mis zapatos, de cuero, me devolvían un sonido excesivamente fuerte como para poder lograr mi objetivo de pasar desapercibido; tal vez iba demasiado elegante para emprender una huida táctica (¿pero en que estaba pensado esa mañana?). La orilla del Sena se encontraba inusualmente callada, como si todo conspirará para que aquella amenaza de la cual no había sabido nada más que un código -UM546-y unos cuantos datos terribles lograra darme alcance. ¿Como había sabido de mi llegada? Solo podía pensar en un inside job, un soplón... Sin embargo me detuve a pensar en UM546; enviaban artillería pesada. Aquel código era temible, y su amenaza muy real. Aunque para mi solo representara un obstáculo externo.

Unos días atrás había considerado que mi misión era demasiado simple. Como agente del CESS (Cuerpo Especial de Servicios Secretos), una muy discreta organización instituida por Don Benito Juárez el 20 de enero de 1861 como brazo especial del Estado Mayor del Presidente de la República y paradójicamente un año antes de la Intervención Francesa (1862-1867), mi entrenamiento me calificaba en exceso para solo transportar un par de viejos libros hasta la antigua Lutecia (nada en especial para que un CESS, ex GAFE de Alto Mando con TB los transportara, a mi parecer). Los dos libros en sí no parecían revestir la menor importancia. Eran dos tomos con el título de Histoire de la Conquête du Mexique, escrita en francés por William H. Prescott, miembro del Institut de France y editado en París por Firmin Didot Fréres, Fils et Cie. en 1863. Dichos libros debían ser entregados en una dirección de la Rue Godot de Mauroy, cerca de la Opera. Al menos podría viajar sin efectivo mínimo, es decir, sin acompañante.

Había salido de Madrid dos días antes en mi hermosa Alfa Romeo 4C (un bello testamento al renacimiento de esta marca mítica, reina del mundo automotriz y de ilustrísimo pasado), y tras haber recogido los libros sin mayor drama en el ropero del Museo Reina Sofía y después de ver la exposición de obras de Juan Soriano más grande que había visitado. Así, me dispuse a tomar unas pequeñas vacaciones de dos días por España y Francia. De hecho planee mi ruta con total libertad; hice una parada para dormir en Burdeos, parando también en Blois, para disfrutar de buenos caldos y pagar una visita al histórico Castillo del mismo nombre y a unas baguettes deliciosas tras la muralla de mismo.

Ya en camino, el manejo del coche se me antojó una delicia y saboreé la carretera como nunca antes, sobre todo navegando en el dorado atardecer en la campiña francesa siguiendo la ruta de los castillos del Loira, árboles y carretera teñidos de oro. Conduje sin ninguna prisa, el sol reflejándose en la pintura negra del largo cofre y filtrándose por el techo de cristal, el tacto suave de la piel color tabaco y la solidez de la fibra de carbono expuesta dentro del habitáculo, la fría precisión de las paletas de cambio de velocidades tras el volante y el intoxicante sonido de esos 240CV, una increíble sinfonía mecánica que competía con el jazz de los altavoces (Aldo Romano, Louis Sclavis, Henri Texier, Enrico Rava, Gato Barbieri...) y los panes dulces y el café Malongo comprados en un café a la orilla de la carretera. Todo contribuía a a una sensación de lujo inigualable...

Llegué de noche a París, y con todo el tiempo del mundo, me fui a caminar por la ciudad helada, dejando el coche en un parking bajo el Louvre, aún con mi FN Herstal S-P90 IR reglamentaria en el fondo doble del maletero, llevando conmigo solo mi Heckler & Koch P7M13S con Karl Nills hechas a medida, bajo mi abrigo. Más tarde y después de un buen caldo bordelés degustado en un agradable restaurante con vista a la Notre Dame iluminada de noche, regresé en democrático autobús a Port de Bercy - los libros siempre junto a mi en una bandolera - y a mi poco lujoso hotel, a disfrutar del "glamour" verdadero de la vida de un agente secreto auténtico. Los libros debían ser entregados al anocher del día siguiente.

Por la mañana desperté temprano y decidí vestirme ad hoc para una misión en París (todo a medida, es decir, británico pero con un toque continental - mais bien sûr-): traje gris a tres botones de Camps de Luca, camisa blanca a cuadros azules de tela Sea Island de Charvet de puño francés, gemelos con baño de oro hechos de los botones del traje de gala militar de mi padre, corbata de seda azul oscuro de E. Marinella, pañuelo de bolsillo blanco doblado simétricamente de la misma casa, zapatos tipo Adelaide color marrón y el reloj de pulsera Omega Seamaster vintage de los 50's de oro y acero de mi abuelo. Terminé el look con un sobretodo Crombie Coat gris carbón, unos guantes color café de cuero curtido y una bufanda gris oscuro, y como siempre he tenido una debilidad por los sombreros, rematé con un sombrero fedora (snap brim) también gris oscuro con banda marrón, al fin que la mañana fría me daba esa licencia. Guardé mi P7M13S en la sobaquera incorporada en mi traje y coloqué los libros en un portafolio Goyard junto a mi purera de madera (conteniendo un puro Romeo y Julieta No. 2, cerillos y cortapuros, para una fumada al atardecer tal vez en el Pont des Arts), y me dispuse a salir a la calle.

Tomé un taxi el cual me llevó a Saint Germain; desayuné un croque monsieur con café en el Café de Flore y me dirigí caminando hasta Les Invalides, al Musée de l'Armée para visitar una exposición de armaduras medievales y después al Louvre. Tras unas cuatro horas de visita por los aposentos del Empereur Napoleón III y de caminata en sus interminables galerías, un poco cansado salí con ganas de comer algo en PAUL, en los jardines de las Tullerias... Fue al cruzar la calle que divide estos de la pirámide del Louvre que noté su presencia. Al principio fue un atisbo, una sensación. Voltee descuidadamente y no noté nada inusual, lo que despertó en mí verdadera alerta. Desvié entonces mi camino con paso rápido y me dirigí al río, cruzando el Pont Royal y bajando las escaleras junto a la rivera para ir en dirección a Pont des Arts.

UM546 vino a mi mente. Las baldosas, la pared del malecón y mis zapatos eran demasiado ruidosos. En ese momento vi mi oportunidad y me encaramé de un brinco a un Batobus que justo zarpaba del Quai Malaquais con la correspondiente protesta del único ser viviente a mi alrededor, el cobrador. El barco estaba vacío. Pagué y me senté sin prisas. Nada ni nadie en las orillas parecía extraño o fuera de lugar.

Decidí bajarme en el Port de Solférino. No sentía amenaza alguna ya. Subí nuevamente unas escalinatas y me dirigí a las calles de Saint Germain. Caminé sin embargo bastante alerta, aunque no percibí, ni observé nada inusual. Tenía hambre y gustosamente recordé que cerca de ahí mi viejo amigo Muss tenía un cafetucho muy snob en el cual servían mi plato preferido de agente secreto (Octroyez-vous un privilege!). Recordé que una noche decidí darle, para que incorporara en su menú, la receta que el mismísimo James Bond recomendara a Felix Leiter en Nueva York, de la pluma de Ian Fleming en 1963:

*Scrambled Eggs 'James Bond'.
(para cuatro 'individualistas')

Ingredientes:
  1. 12 huevos rojos frescos.
  2. Sal y pimienta.
  3. 5-6 oz. de mantequilla fresca.
  4. Cebolletas finamente picadas (ó)
  5. Hierbas finas.
Instrucciones:
Romper los huevos en un tazón. Batir con un tenedor y sazonar al gusto. En una sartén de cobre pequeña fundir cuatro onzas de mantequilla. Una vez derretidas, agregar los huevos y cocerlos a fuego muy lento, batiéndolos continuamente con un batidor de huevos pequeño.

Cuando los huevos estén ligeramente más húmedos de lo que usted preferiría para comerlos, retire la sartén del fuego. Agregue el resto de la mantequilla y continúe batiendo por medio minuto, agregando mientras tanto las cebolletas o las hierbas finas. Sirva sobre un pan tostado a la mantequilla en platos de cobre individuales (solo para su presentación). Servir con champaña (Taittainger) Rosé y música suave...

P.D. Creo que en ocasiones es posible agregar crema en lugar de la ultima porción de mantequilla.

* Receta original de Ian Fleming, del escrito '007 en Nueva York', 1963. Traducción del Autor.

Llegué a Café de Muss, y tras saludarnos calurosamente, me sirvió el martini seco correspondiente y el salmón ahumado escocés previos a los huevos revueltos (como lo dictaba el maestro Fleming); la música de jazz en efecto era suave... Me quité el abrigo, el sombrero y los guantes y desabotoné mi saco, poniendo mi portafolio con los libros sobre mi regazo y lo demás en la silla contigua. En un segundo más llegaba la champaña rosa - un Taittinger Brut Prestige Rosé 2000 -, que maridado con el salmón era bocado de reyes. 

Sin embargo, unos minutos más tarde y justo cuando me servían los huevos exquisitamente presentados, mi mirada reparó en unas muy altas zapatillas de piel de cocodrilo rojo oscuro y en unas bellas y largas piernas y breve cintura enfundadas en un traje Chanel azul claro a cuadros, frente a mí mesa. Subí la mirada solo para toparme con más dulzura en la forma de un busto pleno, maquillaje just so, unos ojos muy azules y un cabello largo, oscuro y lustroso. UM546... (¿Realmente tenía que escalar esto tanto?) Mi pensamiento inmediato fue arrojar mis huevos aún calientes al rostro de esa exquisita mujer y usar la botella de Taittinger a manera de arma; pero por un lado se me antojaba un desperdicio tirar así mis huevos James Bond y seguramente UM546 no estaba sola (¿cuales eran las posibilidades?), y por otro yo siempre he sido todo un caballero...

Me levanté entonces retirando ligeramente el lado izquierdo de mi saco, sintiendo el peso de mi P7M13S justo donde lo necesitaba, dejé el portafolio pegado a la base de la mesa y cortésmente retiré la silla frente a mi. Con un ademán y un s'il vous plaît invité a mi formidable rival a sentarse a mi mesa, lo cual hizo con un grácil y elegantísimo movimiento. Levanté mi mano derecha e indiqué con señas a Muss (ex GIGN) un un nuevo plato para mi visita ciertamente inesperada, seguro de que el platillo estaba a la altura. -¿Champagne?- pregunté.

Por Xavier H. Castañeda
Junio de 2010.
©

En savoir plus:

Taittinger Brut Prestige Rosé 2000
Capa: Rosado vivo.
Nariz: Frutos rojos; fresas, cerezas.
Boca: Sutil, aunque intenso.
Varietal, Pinot Noir.

* Scrambled Eggs 'James Bond':

Fleming, Ian, (1908-1964)
Quantum of Solace: the complete James Bond short stories / by Ian Fleming.

Boulangeries PAUL:

Armamento:

martes, julio 12, 2022

Hablando de Ópera

Si existe una voz autorizada en América Latina para hablar de ópera es la del Maestro Gerardo Kleinburg (CDMX, 1964), cuya trayectoria además de importante ha sido bien reconocida, y quien además de ser crítico y promotor musical es escritor

Pero independientemente de ello su labor de difusión de la ópera es lo que me hizo descubrirlo, y he querido pedir su permiso para mostrar en este espacio su serie de pláticas publicadas en su canal de YouTube Hablemos de Ópera, un proyecto de difusión que tengo entendido surgió a partir de la forzada reclusión de pandemia y que ha resultado en un ejercicio que además de disfrutable es interesantísimo. 

El Maestro Kleinburg ofrece cursos tanto presenciales como virtuales de los cuales se puede obtener información en su página de Facebook, lo cuales no puedo dejar de recomendar enfáticamente.

Abajo puede usted ver el primer video de la serie, estimado y único lector, amable lectora, y verá la razón por la cual la ópera es simplemente la obra de arte total.

sábado, abril 23, 2022

Primera Novela

A punto de terminar una nueva novela, recuerdo la publicación de mi primera, un libro que me brindó y me sigue brindando tantas satisfacciones: 

miércoles, diciembre 01, 2021

El Cortapuros

http://www.zigarrenhumidor.com/zigarren-zubehoer/zigarrenanzuender-zigarrenfeuerzeug/
El corte de un puro es un paso esencial en el disfrute de un tabaco, al grado de arruinar la pieza de no hacerse con la precisión adecuada.

Es muy común, querido lector, que los que se acercan por vez primera al mundo de los puros cometan dos errores esenciales.
El primero de ellos es al momento de cortar el puro. El segundo al encenderlo usando una fuente de llama inadecuada; pero de esto hablaré más tarde. El problema quizás surja a raíz de que el nuevo fumador de puros provenga del mundo de los cigarrillos, un mundo más descuidado - quizá menos sofisticado - y por demás dañino tanto para la salud como para los modales.

Por decirlo de alguna manera, cualquiera puede encender un cigarrillo, pero no cualquiera puede encender un puro. Cierto savoir faire se obliga. (Esa mala costumbre de morder el puro para abrirlo cae, de plano, dentro de las prácticas salvajes).

Por lo tanto necesitamos de un aparato preciso y discreto que nos ayude a hacer tan delicada operación, es decir, necesitamos de un Cortapuros.

Un cortapuros es un artilugio mecánico cuya función es la de seccionar la parte que recubre el extremo cerrado del puro o  la parte de la capa que recubre la boquilla. Es muy importante hacer una incisión precisa proporcional al grosor del puro o las dimensiones de la robustez del mismo. De lo contrario, si la abertura es demasiado grande el sabor se torna amargo y las sustancias tales como nicotina y alquitrán fluyen libremente ya que el tiro (o chupada) es muy amplia. En caso contrario si el corte es demasiado pequeño, el tiro se dificulta junto con el disfrute del puro, ya que el humo es poco denso y se aprecia poco. Por lo tanto estimado lector, el corte o es preciso o ya puede usted tirar el puro a la basura. 

http://southern-cigar.com/cigar-101/cigar-speak/
El corte debe ser limpio y suave, por ningún motivo debe deteriorarse la estructura del puro. El dejar bordes de corte desiguales causará que con nuestra saliva y al paso del tiempo el puro se rompa y la capa se rasgue. Por desgracia no hay una regla precisa para hacer el corte, la experiencia del fumador le servirá como guía, mejorando naturalmente con el tiempo. En la imagen  puede apreciarse un corte deseable. 



Tipos de Cortapuros

http://cigarcaptain.com/
Existen muchos y variados tipos de cortapuros y estos pueden ser desde simples hojas afiladas para cortes directos, a manera de navaja, hasta sofisticados objetos de arte hechos con materiales nobles. Los hay de plástico fabricados en masa, y también los hay de oro y maderas preciosas hechas por grandes casas de accesorios para caballeros, tales como S.T. Dupont, Cartier o Davidoff.

Los tipos más comunes de cortapuros se pueden clasificar de la siguiente manera (junto a cada tipo ofrezco mi opinión sobre el corte resultante):


- De Guillotina (Puede dejar un borde mal cortado)
- De Guillotina Doble (Mejor corte mientras esté afilado)
- De Cuña (Poco recomendable, deja un corte irregular)
- De Alicate (Puede dejar un borde mal cortado)
- De Tijeras (Corte irregular)
- De Navaja (Corte preciso, pero requiere buen pulso)
- Circular (El más recomendable)

Poca explicación requieren cada uno de estos tipos, ya que su nombre nos da una idea de su función. Lo importante en todo caso - insisto- es lograr un corte preciso, casi quirúrgico, para no arruinar el puro. Finalmente usted debe decidir cual le sienta mejor a su pulso y bolsillo. 

A manera de ejemplo, estimado y fiel lector, muestro a continuación algunos tipos de cortapuros:








No podemos negar que algunos de los cortapuros que he mostrado aquí son de una belleza y manufactura excepcional, casi, podríamos decir, que son objetos de exhibición. Sin embargo quiero ofrecer mi experiencia como fumador de puros con alguno que otro tabaco degustado. El cortapuros más preciso y más útil que he hallado en mi experiencia es el de acero fabricado por Victorinox que a continuación muestro. Cuenta con tres tipos de abertura para diferentes vitolas, y su corte es por demás exacto.



Sirva mi humilde opinión para formar la suya propia, apreciable y único lector. No olvide leer también mi muy personal idea sobre el arte del buen fumar en mi "Elogio del Buen Fumar". 

Un saludo cordial, y espero disfrute su próximo tabaco.

F. Xavier

domingo, agosto 08, 2021

¿Vale la pena invertir en ergonomía?

Por qué uso el Sculpt Ergonomic Desktop de Microsoft

Como traductor y escritor paso horas largas frente a la computadora, y no fue hasta que comencé a tener dolores en la muñeca, espalda y cuello (y en ocasiones también en el codo y hombro derechos), exacerbados por los tiempos de pandemia, que comencé a buscar alguna solución para mis molestias. Naturalmente esta la encontré en la ergonomía. 

Es sabido que una incorrecta posición corporal frente al escritorio puede causar lesiones a largo plazo, al grado de requerir de cirugía para corregirlas, tales como el síndrome del túnel carpiano. Por ello decidí investigar sobre ergonomía en el ámbito laboral y finalmente invertir en ello, ya que mi fuente de ingresos depende de estar sentado en mi escritorio durante horas y horas, día tras día. 

Comencé con colocar el monitor y escritorio a una altura correcta (hay varios videos de esto en YouTube, incluyo uno abajo), después compré una buena silla 'gamer' con características ergonómicas (para evitar dolores de espalda), y por último adquirí un teclado Sculpt de Microsoft y su correspondiente mouse (por sugerencia activa de mi esposa, debo decir). 

Los dispositivos Sculpt Ergonomic Desktop de Microsoft tienen un diseño ergonómico que permite que las manos y las muñecas reposen en el escritorio de una forma más natural, y son tan buenos que han resistido el paso del tiempo ya que fueron presentados hace varios años y no han tenido cambios, además de ser recomendados por programadores y profesionistas

Puedo decir que ha sido una excelente inversión en todo sentido.  Adaptarse a la diferente posición tanto del teclado como el mouse realmente no es un problema, en menos de una semana se puede lograr una buena memoria muscular que con el tiempo se convierte en movimientos mecánicos. Los materiales de estos modelos Sculpt son de buena calidad y se conectan de inmediato vía una frecuencia de radio USB dedicada (por lo menos a Windows, aunque también funcionan con Mac). En mi experiencia han trabajado diariamente sin problemas por más de un año. 

Por ello le recomiendo, estimado lector, amable lectora, invertir en ergonomía sin pensarlo si es una persona que, como yo, trabaja tanto tiempo frente a una computadora y desea cuidar su salud a largo plazo. Aunque al principio se sienta algo caro, los beneficios que uno obtiene se pagan por sí solos, para no hablar de una posible lesión grave que costará tiempo y dolor, además de dinero. Sé que me hubiera gustado que alguien me diera este consejo mucho antes. 

Estos son un par de videos para enterarse más:


El Sombrero Panamá

Sombreros Fedora  de Paja Toquilla,  Panamá Montecristi 
El clásico sombrero Panamá, elegancia veraniega... 

No se engañe, estimado lector, un sombrero Panamá es "el no va más" de la elegancia veraniega, y quien quiera pasar por bien vestido durante esos duros meses de calor no debe dejar de usar el clásico sombrero Panamá hecho a mano en el poblado de Montecristi, Ecuador (su verdadero lugar de origen), y tejido con paja toquilla. (¿Cual es la alternativa? ¿Una gorra de baseball?).

Claro que se requiere de una dosis de buen gusto y una pizca de seguridad en uno mismo. Pero nada  más edificante para todo Gentleman que se precie de serlo que ir por ahí sabiendo que lo que usa es Lo Correcto. Escoja usted el modelo 'Fedora', que es la copa más elegante (al estilo de los caballeros de los años treinta), y de ala ancha. Existen otros formatos de corona, el 'Habana', el 'Plantation' y el 'Copa Óptima', pero ninguno de estos se ve tan naturalmente adecuado para toda ocasión que el de copa 'Fedora'. Adicionalmente, en los países y lugares donde siempre hay calor, portar un sombrero Panamá puede hacerse durante todo el año. Su elegancia siempre será bien vista además de ser verdaderamente útiles.

Sombreros Fedora  de Paja Toquilla, Panamá Montecristi 





La historia del sombrero Panamá es por demás interesante y existen varias versiones sobre sus orígenes. Grandes personajes de la historia han usado sombreros Panamá, pero entre los primeros en adoptarlo podemos mencionar a personalidades como  Theodore Roosevelt, Napoleón III y Eduardo VII, entre otros importantes.
Mis sombreros más recientes los he adquirido en la tienda on-line Panama Hat Shop la cual ofrece buena calidad y buen servicio (modelos que puede usted observar en las fotos que acompañan este artículo). Los sombreros pueden enviarse a cualquier parte del mundo.

Dos consejos: no vaya usted a cometer el error de comprar un sombrero hecho de tela (competencia china que amenaza la producción ecuatoriana), ni a comprar un sombrero de ala corta, de esos que se pusieron de moda últimamente entre los más jóvenes, llamado 'de músico' (parecerá usted efectivamente un músico mal pagado y de mal gusto, que me perdonen los modistos a la última).

El aútentico sombrero Panamá esta hecho en Ecuador, de preferencia en el poblado de Montecristi, y es tejido a mano por artesanos (ya sea el que adquiera usted en Londres o en Nueva York). Por otro lado la calidad del tejido anuncia su precio, ya que entre más cerrado el tejido más laborioso es su fabricación, por ende su precio será mayor. Un sombrero de buena calidad debe al menos tener unos 400 tejidos por pulgada cuadrada, llegando hasta los 1200 tejidos por pulgada cuadrada. No deje de permitirse el mejor sombrero que pueda adquirir. Y no olvide que, como dice Berndhard Roetzel en su libro "El Caballero", "el sombrero Panamá no es para cualquiera"...

Anthony Hopkins en "Hannibal"
Anthony Hopkins en "Hannibal"

Anthony Hopkins en "Hannibal"









Por F. Xavier

http://en.wikipedia.org/wiki/Panama_hat
http://www.panamahatshop.com/es/index.htm
http://www.ecuadorianhands.com/-i-30.html
http://www.panamahatshop.com/es/history.htm

jueves, abril 15, 2021

Memento Mori: Vanitas

The Danaides, C.1903 John Waterhouse (1849-1917) 

En la mitología griega, las Danaides, las 50 hijas de Dánao, hermano de Egipto, fueron condenadas en el Hades a verter eternamente agua dentro de una vasija agujereada, una empresa por siempre fútil. 

Mientras veía las terribles imágenes del incendio de la catedral de Notre-Dame en París, hace ya más de un año, no pude dejar de preguntarme si había algo en este mundo que verdaderamente fuera inamovible, perenne, intocable.

Al observar aquel icono de la ciudad de París destruirse en tiempo real, justo hace dos años ya, un monumento que data del siglo XI y que sobrevivió innumerables eventos de la historia, incluyendo la revolución francesa, el sitio y posterior ocupación de París por las tropas del Reino de Prusia, y más recientemente dos horrendas Guerras Mundiales en el siglo pasado, incluyendo la ocupación de las tropas Nazis de la capital - un monumento que uno creía que siempre estaría ahí -, el sentimiento era de tristeza, primero, al ver destruirse a esa vieja amiga, pero también de soledad: vimos cómo la historia se desarrollaba frente a nuestros ojos y nuestra propia insignificancia se revelaba. Y hoy, en paradójica similitud, estamos inmersos en una crisis de salud que no parece tener fin cercano. Nada es seguro, nada es sagrado, lo podemos perder todo en unos segundos - In ictu oculi -, y aún así existen personas que se empecinan en vivir una vida superficial, muchas veces inútil, y con su superficialidad también revelando su irresponsabilidad, poniéndonos en riesgo a todos los demás al no seguir las más lógicas y razonables recomendaciones de seguridad de no salir a la calle si no es absolutamente necesario y de utilizar un cubre bocas que evite una mayor propagación del espantoso Covid-19. Somos la sociedad más avanzada de la historia, ¿no es así?


Este sentimiento de zozobra, de futilidad de la existencia, sin embargo, no es nuevo. A nuestra generación (a la mayor parte de la humanidad pretendo decir, no quiero pecar de fatuo ni de insensible), no nos había tocado hasta ahora la mala suerte de vernos inmersos en acontecimientos mundiales que nos afectaran a todos en general, pero sin duda todos tenemos nuestra parte de sufrimiento al vernos ante sucesos que nos chocan emocionalmente en nuestra vida diaria, y ni qué decir de todas aquellas personas que lamentablemente han perdido a  alguna persona cercana o muy querida.

Tal era el sentimiento de vacuidad, de inutilidad de vivir, que los hombres de los siglos posteriores al Renacimiento sentían, a juzgar por el arte que ha llegado hasta nuestros días.

Vanitas Still Life, ca. 1650; Hendrick Adriessen (1607-1655)
Si durante el siglo XVI  el sentimiento era de apertura ante lo que la vida y el pasado podía ofrecer en el desarrollo personal, la expansión de la ciencia y del conocimiento, de extroversión, este pronto se vería reemplazado por sentimientos de inseguridad y miedo ante las crisis que se desarrollaron en esa época posterior, ante el derrumbe de su concepción del mundo.  A este periodo de inestabilidad y de conflicto general que caracterizaría a Europa primero y al mundo entero después (la Guerra de los Treinta Años, la caída del Imperio Español, la inflación rampante causada por la explotación y posterior exportación de los recursos del Nuevo Mundo a Europa y el terrible sufrimiento humano que esto causó) varios historiadores han nombrado como el periodo de la Crisis General, o el de Crisis del Siglo XVII.

"In Ictu Oculi" ('En un abrir y cerrar de ojos'), C.1670, Juan de Valdés Leal
Desde el punto de vista histórico pareciera que solo afectaría al continente europeo, pero debido a la influencia que este ejercía a nivel global, esta crisis llegó hasta los puntos más alejados de su geografía.  En el contexto cultural, ese sentimiento de zozobra se puede palpar en el genero pictórico de Vanitas, a  su vez una categoría particular del género del Bodegón, ambos géneros característicos del periodo histórico del Barroco, que afectó a todas las expresiones del arte. El término en latín Vanitas tienen aquí un significado dual: es tanto vanidad como vacuidad, al mismo tiempo tanto vano como inútil.

"El Sueño del Caballero" (o "Desengaño del Mundo"), C. 1650; Antonio de Pereda
Este genero sombrío y ciertamente moralizante muestra elementos altamente simbólicos que representan la fragilidad de la vida ante la muerte como certeza, es decir, la vacuidad de los objetos, los logros materiales y los logros personales cuando nos volcamos hacia ellos. Desde mi punto de vista es inútil vivir pensando en lo que no tenemos y queremos conseguir, cuando sabemos que en algún momento dejaremos de existir;  sencillamente no disfrutamos lo que tenemos, y cuando alcanzamos aquello que deseábamos, algo más viene a reemplazar ese deseo: el objeto, el logro, cambia; el deseo no. 

De lo único que podemos estar ciertos, sin embargo, lo único que realmente tenemos, es el ahora y lo que podemos tocar con nuestras manos y sentir en este momento. El pasado no existe, tampoco el futuro. Es aquí y ahora: al final la fama, la gloria y las riquezas terrenales de nada nos habrán servido.

"Naturaleza Muerta con Vanitas", C.1663. Pieter Boel.
En estas piezas pictóricas altamente alcanzadas se muestran elementos de riqueza, sabiduría, belleza o ciencia, alturas de una humanidad sujetas al tiempo y la muerte, y entre las influencias simbólicas podemos destacar tres: el pasaje bíblico de Eclesiastés Vanitas vanitatum omnia vanitas, el concepto de Memento Mori, y el de Tempus Fugit. Los tres conceptos, "vanidad de vanidades, todo es vanidad", "recuerda que vas a morir" y "el tiempo vuela", nos remiten a la idea de la relatividad de la existencia del hombre. 

"Soldado Muerto", C.1630, Escuela Napolitana 
Yo no, querido lector, lectora, he deseado agregar pesar a los eventos de nuestros tiempos, más bien he querido mostrar que los símbolos de antaño parecen ser los mismos de ahora; sin embargo hoy, a más de 300 años de distancia y cuando asistimos a catástrofes culturales e históricas como el incendio de la Catedral de Nuestra Señora de París, y de crisis sanitarias y muy probablemente económicas a nivel mundial, podemos usar estas imágenes como recordatorio de nuestra existencia temporal e intentar vivir una vida más plena aún cuando nada parece ser sagrado; sirva este recordatorio para tratar de vivir una vida menos superficial y más enfocada en lo realmente importante, sobre todo cuando hoy, en medio de una pandemia que nos afecta y nos afectará de formas insospechadas, vemos revelarse el verdadero carácter de  las  personas que nos  rodean, paradójicamente, en esta aldea global. 

F. Xavier
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