domingo, octubre 22, 2023

Lo que todo Caballero debe saber

Pierre Sériziat, C. 1795, Jacques-Louis David

¿Qué son exactamente los mencionados 'Gentleman's Pursuits' del título de este blog? ¿Por qué está escrito en inglés y no en español? 

Sentados ante un café y una laptop de por medio, mi buena amiga Claudia me preguntaba el porqué el nombre de mi blog The Gentleman's Pursuits estaba en inglés y no en castellano, señalando que, aun sabiendo su traducción, ella hubiera preferido un término dirigido a una audiencia hispanoparlante. 

- ¿Por qué no en español? - Me miró con en esa sonrisa tan suya, mezcla de curiosidad y pequeño reclamo.

Meditándolo un par de segundos en silencio, tras un sorbo de mi espresso, contesté:
 
- Hay, sin duda, un término equivalente en castellano. Pero tal vez quise dotar a mi blog de cierto sentido más amplio en cuanto a los temas que trataría. Fue una pequeña licencia de mi parte para hablar de otras cosas que no fueran solo de vinos y de objetos; es decir, hablar de otros intereses cultos e intangibles, quizás al estilo del ideal del Gentleman británico decimonónico. Una licencia ambiciosa, sin duda, porque pienso que para escribir sobre esto primero hay que vivirlo - respondí, dando otro sorbo a mi café con la mirada puesta en el piso de madera. 

Más tarde, sentado ante mi escritorio, pensé cómo explicarlo mejor: se trata simplemente de aprovechar el tiempo que se nos ha concedido en este mundo para convertirse en la mejor versión de uno mismo. 

Aprovechar nuestro tiempo en esta tierra, que de un instante a otro todo puede cambiar. In ictu oculi de Juan de Valdés (1672)

Aunque es cierto es que el mencionado Gentleman decimonónico ya no existe (no se diga ya del ideal del Virtuoso de Lord Shaftesbury, aun más raro), es decir, en su  espíritu y ambiciones, víctima del paso del tiempo y sobre todo de la televisión primero, y de las redes sociales y programación en streaming a últimas fechas y del infame scrolling a golpe de algoritmos, los cuales a fuerza de horas de poner la mente en neutral viendo pantallas y posts nos taladran e incrustan, incluso desde niños pero sin dejar de lado las mentes adultas, modelos a seguir que no solo con frecuencia vulgares y superficiales sino además no tienen la mínima calidad moral en la mayoría de los casos, con sus muy honrosas excepciones). Empero, también es cierto que hoy en día se puede ser "un caballero" si uno decide serlo, o lo que es lo mismo, se es caballero - o dama - por elección.

Con todo, ahora más que nunca se requiere de esos hombres y mujeres de valor. El ideal del ‘Gentleman-Gentilhomme-Caballero’ es deseable como individuo ya que con su espíritu, conocimiento e idealismo lanza a la humanidad hacía adelante, como todos los espíritus escogidos de los que se ocupa la historia (que no de los hombres mediocres a como lo anuncia José Ingenieros en su célebre El hombre mediocre).

Robert de Montesquiou por Paul Troubetskoy

Aunque la palabra ‘Gentleman’ tiene su equivalente en el español como ‘Señor’ (en el sentido de ‘Don José es todo un señor’, ya que la palabra ‘caballero’ denota más la idea de buenos modales en el trato hacia las mujeres - y prójimos - es decir, un sentido de ‘caballerosidad’: ser ‘todo un señor’ incluye también ser caballeroso), el ideal del ‘Gentleman Británico’ y el ‘Gentilhomme Francés’ surge a partir del desarrollo de las sociedades cortesanas europeas a partir del siglo XVII, la cual exigía una cultura de etiqueta, formalidad y trato ‘educado’ como un código de conducta establecido. Este código incluía naturalmente el concepto de los buenos modales (‘manners’, ‘maniera’) en el trato hacia los demás, pero también exigía, para triunfar en estas sociedades, un grado de cosmopolitismo, inteligencia, bien hablar, humor, sensibilidad, valor, honor y carácter. 

Así mismo esta idea era descendencia directa del ideal del hombre renacentista del siglo XVI; el individualismo y el deseo de hacer y saber de todo. De esta manera, y como afirmaba el Filosofo Dietrich Schwanitz, ‘La formación cultural se fundía con la cultura social’. Un hombre al fin de aficiones y aspiraciones renacentistas.

Baldassare Castiglione, autor de Il Cortesano (1528).

Baldassare Castiglione en su célebre "El cortesano" (título que muy bien podría trasladarse al moderno término de El Gentleman), describe justamente ese ideal del caballero renacentista, curioso del mundo y de la elevación del ser humano como centro del universo: el caballero perfecto debía saber de todo y de todos, ciencia y arte; debía contar con un físico que buscara el ideal grecorromano (¿el canon del hombre perfecto de Policleto? ¿La proporción física natural perfecta de los Bronces de Riace?), el trato educado y amable, savoir-faire social y elevadas miras, todo ello hecho sin aparente esfuerzo, con naturalidad, desenvoltura y gracia, un concepto luego conocido como Sprezzatura término en el libro incluido y que hoy refiere más a vestir bien y con elegancia en el mundo de la sartoria, aunque si perder del todo su origen. Aún hoy el ideal italiano de La Bella figura (verse bien y comportarse bien en sociedad), debe mucho a ese antecedente renacentista. Así, todo hombre que aspire a ser un caballero deberá ver en El Cortesano la piedra angular de su partida en este viaje, tortuoso pero pleno de satisfacciones, aunque sirven como advertencia dentro del propio texto las palabras de Ludovico Pío: "Pienso que no se podrá hallar vaso donde quepa todo lo que vos queréis echar en este Cortesano". Pero, como en tantas cosas de la vida, el placer esté en el camino y ciertamente no en el destino. 
 
Reconstrucción en bronce del Doryphoro de Policleto (450 a.C.)
¿Pero qué sucede hoy en día? ¿Es cierto que ‘ya no hay caballeros’, como se quejan la mayoría de las mujeres? 

Tal vez sea cierto que los buenos modales hagan falta en estos días, pero basta también ver los cambios en los programas educativos para darse cuenta que mucho ha cambiado en el alcance y calidad de los intereses que perseguimos, además de que debemos participar de una nueva concepción del papel del hombre en una sociedad más incluyente y diversa. 

No me gusta decirlo, pero una generación de hombres que pasa hora tras hora viendo memes, posts de jovencitas escasamente vestidas en Instagram (o el peor de los pecados intelectuales: pagando dineros en OnlyFans), o sumergiéndose en teorías conspirativas en Facebook (de la más fragante estupidez), o videos de YouTube absolutamente intrascendentes, o que pasan días enteros jugando videojuegos, tendrá muy poco tiempo de perseguir otros intereses más elevados. 

Podría decir incluso que esa "epidemia de estupidez" que sufrimos anunciada por don Arturo Pérez-Reverte, es una grave afrenta al proceso de civilización humana a como la describe Norbert Alias en su magnífico El proceso de la civilización, lectura que recomiendo con entusiasmo a quien desee entender sobre esto. 

Le Cercle de la Rue Royale, de James Tissot (1680).

Contrastemos lo anterior con la educación de un Gentleman de antiguos tiempos: esta incluía la adquisición de conocimientos sobre matemáticas (y ciencias en general), filosofía, latín, música culta, ópera, geografía, literatura, poesía, historia, arquitectura, pintura, astronomía y leyes, además de política y conocimiento de estado geopolítico del mundo. Y no solo eso, un caballero debía saber también de vestido, comida, práctica de deportes tales como los incluidos en el pentatlón moderno (carrera, tiro, equitación, esgrima y natación, basándose en las habilidades que un oficial del ejército francés debía idealmente poseer), entre otras cosas y conocimientos. ¡Todo esto además de contar con excelentes modales, ser cosmopolita, inteligente, ingenioso, elocuente, sensible, valiente y honorable! Menuda tarea para cualquiera que aspire a ser ‘todo un Señor'. 

No se debe excluir la idea (elitista, napoleónica) de que 'se requieren tres generaciones para formar un caballero', es decir, que el haber nacido de uno ya conlleva cierta ventaja, pero es poco pretexto cuando el conocimiento, hoy más que nunca, está al alcance de todo el que lo busque, hasta en las mismas redes sociales y programas de streaming y en los scrollings que nos alienan. 

"El sueño del Caballero", de Antonio de Pereda (1650).

El caballero actual, sin embargo debe contar además con un grado aceptable de sensibilidad social, de conciencia ecológica y humanista, y desempeñar un papel diferente en cuanto a su lugar ante el avance de las mujeres en todos los campos, además de ejercer una paternidad más sensible y desde luego responsable, contar con un cuidado aspecto personal a todas las edades (y un cuerpo sano e idealmente ejercitado) y ser todo un profesional... Un hombre de amplias lecturas, viajes y producción intelectual para la prosperidad. Sobre todo, la educación de un caballero debe de hacer de este, según las palabras de Henry Peacham, "una persona provechosa y útil para su país", o lo que es lo mismo, contar con un propósito de vida que guié su proa hacía metas valiosas, honrosas y honorables.

Lamentablemente la educación actual está en decadencia y se encuentra muy alejada de este propósito de formación de hombres y mujeres de provecho. A veces solo alcanza para ver por los propios intereses y en ocasiones ni para eso; la educación del tipo que menciono arriba parece más un cuestión de suerte que de elección personal. 

Sin embargo, ya lo escribía Heráclito (540-480 B.C.) hace más de 2,500 años: “El contenido del carácter de un hombre es el que él mismo elige. Día tras día, sus decisiones, lo que piensa, y sus acciones son en lo que él mismo se convierte. Su integridad es su destino… es la luz que guía su sendero”.


Los Gentleman´s Pursuits, que se traducirían directamente como los intereses o búsquedas intelectuales de un caballero, son finalmente todos esos intereses intangibles por los que uno parte en búsqueda de la verdad, de aquellos placeres de 'fina conmoción intelectual' anunciados por Epicuro: la idea de querer saber de todo y hacer de todo, en el talante de un hombre del renacimiento, aprovechando el tiempo que nos queda antes de partir (tiempo cada día más valioso porque nos queda menos, sobre todo en tiempos tan inciertos como los que nos ha tocado vivir). Es hacerse la pregunta, sin duda de carácter estoico: ¿Cuánto tiempo dejaré pasar para que me convierta en lo que podría llegar a ser?

Le envío un saludo, compañero de viaje, que al llegar hasta aquí ha declarado sus intenciones. 

Xavier H. Castañeda
©

miércoles, septiembre 06, 2023

Libros para tiempos extraordinarios: la "e" genial

La textura del papel, el levísimo sonido de las hojas de un libro al pasar la página. La perspectiva de arrellanarse en el sillón con un libro nuevo... ese era yo.

El aroma de los libros viejos, de esos libros que ya tienen una vida, anterior a la tuya, que les hace aún más interesantes, como aquellas damas de cierta edad que con una sonrisa parecen revelar todo pero no revelan nada... ¿quién podría saber en qué lugares han reído antes, que ojos han visto todo de ellos? ¿Qué manos los han recorrido con amor? ¿Cuantas vidas han cambiado con su presencia?

O en cambio: el olor del papel nuevo, de la tinta recién estampada, el peso (de las palabras impresas). El tacto de esos libros encuadernados en tafilete, nervios en el lomo y corte de oro. O el del papel de ediciones rústicas pero de diseño esmerado, que no puedes esperar a leer. O el gusto de estampar mi ex-libris en algún libro recién comprado, para hacerlo verdaderamente mío, para ser leído por primera vez...

O la perspectiva de arrellanarme en el sillón favorito en una tarde lluviosa para sumergirme en la prosa (o el verso) de aquel libro largo tiempo buscado y por fin encontrado, un café espresso o single malt y un puro a mi lado... Ese lector era yo. Aún mejor, ese lector sigo siendo yo, pero con un pequeño añadido: el libro "e". Pero debo explicarme.

La "e" genial

Como lector voraz confeso que soy, la idea de los libros electrónicos siempre me atrajo desde que se les escuchó mentar por primera vez, hace varios años ya. Era la solución moderna a muchos "problemas lectores". Sin embargo, la idea de que estos sustituyeran a las páginas impresas me parecía ridícula. Era atentar contra la tradición, contra las bibliotecas, contra la búsqueda de una tarde en una librería, contra los aromas de papel y tinta en estantes de establecimientos modernos o muy antiguos, tal vez de nuestra ciudad o de otra en la que estamos sólo de paso; contra perderse ensimismado en una feria del libro, contra llegar a casa con una bolsa de libros nuevos, contra la felicidad del hallazgo en un librería de viejo, vaya, ¡contra todos los placeres de ser un lector!

Empero, la realidad es que hay ciertas consideraciones prácticas con respecto a los libros ahora llamados "impresos" (como si esto fuera algo que pudiera antes cambiarse); yo más que nadie disfruto de cada experiencia que los libros me ofrecen, pero en muchas ocasiones es casi imposible encontrar justo el libro que uno quiere o la edición que uno quiere, y cuando los hallamos tienen un precio muy elevado (aunque dicen por ahí que si un libro te parece caro no eres un verdadero lector...). En alguna ocasión, por ejemplo, quise comprar las obras completas de Enrique Jardiel Poncela, sublime irónico e hilarante escritor y dramaturgo español de principios del siglo pasado del que ahora se habla poco por sus circunstancias, pero de quien he disfrutado cada libro ('Espérame en Siberia, vida mía', 'La tournée de Dios´, 'Amor se escribe sin hache'). Se lo hice saber a mi entonces librero de cabecera y él hizo las diligencias: me consiguió una edición encuadernada en piel roja, ilustrada, corte de oro e impresos en papel cebolla que eran una delicia, cuatro tomos en una edición única, pero a un precio que hoy equivaldría a unos 400 euros (!). Ni que decir que los tuve que dejar pasar, con todo el dolor de mi corazoncillo de lector. Mi librero no tuvo problemas en venderlos, claro está: ya había compradores en fila. Y aunque siempre le he dicho a mi propio hijo que en lo que nunca hay que escatimar es en libros y en medicinas, todo, es verdad, tiene su límite.

Otro punto sobre los libros impresos es que a veces no existen ediciones de lo que uno desea leer: en alguna ocasión quise leer las obras completas de Giacomo Casanova (sí, el aventurero veneciano del siglo XVIII, a quien descubrí, más allá de sus lances eróticos, como un excelente narrador de aventuras y descriptor de los tiempos que le tocaron vivir), pero era imposible encontrar una edición en castellano ya que no se han traducido todos los tomos de su autobiografía... pero que al final pude leer en e-book en una muy buena traducción al inglés. En otro caso, me encontré conque las traducciones al español del Moby-Dick que tenía a la mano eran terribles... pero pude hallar la versión original de 1851 digitalizada en libro electrónico. Lo mismo pasó con la bibliografía completa de Ian Fleming: todos los libros de James Bond (lo que me motivó a escribir Huevos revueltos á la James Bond,  basándome en una receta del propio Fleming). Y pasó igualmente con otros muchos libros de los que ya no tengo memoria. El libro electrónico al fin es una maravillosa opción para quien gusta de verdad leer.


También es verdad, siempre se añora un buen libro recién comprado, pero como puede verse en la fotografía anterior, el hecho de tener un libro electrónico, en mi caso varios de los excelentes Kindle, de Amazon, nunca me ha detenido de comprar libros impresos, aunque siempre me encuentro con airadas opiniones en contra. Pero hay que mencionar que a lo largo de la historia siempre ha existido controversia y resistencia al cambio ante los formatos y las nuevas tecnologías; en tiempos de Jesús, el hecho de que el Nuevo Testamento se escribiera en pergamino y no en papiro como el Antiguo Testamento fue causa de conflictos ya que no sólo era un material diferente para escribir, sino también un nuevo formato: los papiros se almacenaban en rollos a diferencia de los pergaminos, que hacían uso de la novísima tecnología romana del códex, el primer libro encuadernado con páginas. En tiempos de Sócrates no se creía en la escritura como manera de preservar el conocimiento: esa era tecnología egipcia y por lo tanto extranjera, lo que los helénicos veían particularmente mal. El mismo caso se dio con el Buda y con Jesús. Y con Confucio. Ninguno de estos maestros escribió nada aunque sabemos que podían hacerlo, y en cambio fueron sus discípulos quienes decidieron utilizar tecnologías de punta (en su momento) para preservar sus enseñanzas.

Por otro lado, los libros electrónicos también tienen lo suyo:  la construcción de muchos de ellos es de alta calidad, hechos para durar y con materiales muy buenos; son dispositivos dedicados a la lectura, es decir, no son un iPad ni una tableta ni sirven para navegar las redes sociales; su llamada tinta electrónica se ve prácticamente como una hoja impresa, su pantallas no reflejan y se pueden leer en la obscuridad, pueden llevar un número enorme de libros en sus memorias, los más nuevos inclusive son resistentes al agua y el polvo, y cuentan con innumerables accesorios para su protección; los míos inclusive han tenido fundas de cuero hechas a medida que les dan un toque ciertamente muy elegante.

Pero lo más importante es la enorme y extensa oferta de títulos a la que se puede acceder a precios muy asequibles: la gran mayoría de las editoriales han reconocido el potencial del libro electrónico y cada día se publican más títulos en ambas versiones, la electrónica y la impresa, sin contar conque se puede descargar gratuitamente, en versión digital, cualquier obra editada antes de 1919 en sitios como Project Gutemberg de manera legal, ya que han vencido sus derechos de autor. Un libro electrónico es una simple descarga de datos, y al no utilizar insumos como papel o tinta, no tener que ser impreso ni necesitar de envíos y de tiradas, se pueden bajar sus costos y además contribuir a una menor destrucción del medio ambiente.

Otro detalle importante es, sobre todo hoy que vivimos en tiempos difíciles, estos de post-cuarentena COVID, la compra de un e-book se hace, repito, con una sencilla descarga electrónica que toma, a lo mucho, un par de minutos. Nada mejor para evitar contactos con el exterior o tiempos de espera mientras llega nuestro libro: todas las ventajas de la tecnología.

Yo mismo, al decidir publicar mi primera novela y entrar pláticas con un par de editoriales, me decidí finalmente a publicar en Amazon por la posibilidad de hacerlo en ambos formatos, el electrónico y el físico, y por el alcance y difusión mundial que la versión electrónica puede llegar a tener. 

Mi punto, querido lector, estimada amiga lectora, es que se puede tener lo mejor de ambos mundos, es decir, la fotografía no sustituyó a la pintura ni las motos a las bicicletas; las innovaciones tecnológicas hacen la vida más fácil, pero es difícil que sustituyan la experiencia, el gozo de las cosas que son perfectas en si mismas, como ya lo anunciaba Umberto Eco con respecto a la invención del propio libro, el original: "Los libros son esa clase de instrumentos que, una vez inventados, no pudieron ser mejorados, simplemente porque son buenos. Como el martillo, el cuchillo, la cuchara o la tijera." Los libros impresos nunca desaparecerán en tanto parte de nosotros, de nuestros sentimientos y experiencias, vivan en ellos, y puedo decir que una de las cosas en esta vida material de la que me siento más orgulloso es de mi biblioteca, la que heredaré a mi hijo como (espero) mi padre me herede la suya.

Pero si no ha probado nunca antes leer en un e-book, se lo recomiendo con toda seguridad. Lo que uno lee es la palabra escrita; el arte, la emoción o la pasión vienen de Shakespeare, de Cervantes o de Leo Tolstoi, y no del medio por el que se lee, y para estos fines los libros electrónicos (sí, también libros) son una invención genial.



Xavier H. Castañeda
©

Todas las fotografías son del autor.

martes, julio 25, 2023

Los tres libros del Gentleman






































En mi anterior artículo "Lo que todo Caballero debe saberhe mencionado el célebre libro de Baldassare Castiglione "El cortesano" (1528), como la base de civilización que todo hombre (y mujer) educados deben conocer como la primera manifestación de una cultura social elegante y con ansias de elevación tanto física como intelectual. Pues bien, en esta recomendación semanal incluyo otros dos libros fundamentales para todo aquel que se interese en seguir el camino de los placeres de 'fina conmoción intelectual' anunciados por Epicuro: la idea de querer saber de todo y hacer de todo en el talante de un hombre del renacimiento, pero haciéndolo con sprezzatura y wit: Lord Chesterfield's Letters (1774)singular manual de urbanidad, cortesía, política y diplomacia (el anterior es un enlace a un artículo de Adolfo Castañon para la Revista de la Universidad de Antioquía que puede usted descargar sin temor), que el propio Don Simón Bolivar recomendaba para la educación de su sobrino: "La enseñanza de las buenas costumbres o hábitos sociales es tan esencial como la instrucción; por eso debe tenerse especial cuidado en que aprenda en Las cartas de Lord Chesterfield a su hijo, los principios y modales de un caballero". La tercera recomendación es The Gentleman (1863)de George H. Calvert, aristocrático y cosmopolita filósofo norteamericano quién con su libro intentaba codificar la conducta del naciente (y rústico) hombre norteamericano para pulirlo en el adecuado roce social. Los tres libros arriba mostrados son una culta e interesante lectura (con todo y su carga de distancia histórica), que no dudo en recomendar. 

martes, junio 20, 2023

Reflexiones en una pandemia que ya fue...


¿Qué es la realidad? ¿Qué es la ficción?

Este par de preguntas pueden hallarse en cualquier libro de teoría literaria; no sólo son preguntas obligadas y necesarias, sino que son tan simples que parecen preguntas tontas. Como digo, se hallan en cualquier lado. Lo que no es fácil encontrar son las respuestas. Las respuestas a esas preguntas cualquiera las tiene, pero nadie sabe si son correctas. Y la mayor parte de las veces no existen respuestas correctas. Ahora, dime tú: ¿Qué es la realidad sino una ficción inventada por un dios loco? Cómo ejemplo, ¿a qué escritor con sentido común se le ocurre poner a su personaje (la humanidad entera) en tantas situaciones inverosímiles en un solo año? Virus y todo eso. ¿Qué no se da cuenta, ese autor dios loco, que corre el riesgo de caer en el ridículo de la inverisimilitud? En fin, la realidad es esto. Aquí y ahora, lo que toco y veo a mi alrededor. Eso es lo único que existe. 

Por eso aquí estoy, tratando de escribir una novela en medio de una plaga, de aquellas que sólo suceden cada siglo, aunque eso sí, aparecen con bastante regularidad. Eso deberíamos saberlo. ¡Pero hay tantas cosas que deberíamos saber, pero no sabemos! Por ejemplo, ¿Por qué la gente es tan estúpida? ¿Por qué piensa que sabe más de enfermedades que los científicos y los doctores? ¿Por qué hay gente que expresa su opinión cómo si supiera de lo que está hablando? 

Esta tarde fui al banco porque mi tarjeta había vencido. Hablé antes vía chat en su página web con un asesor que me dijo que esta debía haber llegado a mi casa, pero nunca llegó. Entonces al banco, ni modo. Al llegar, una amable empleada me dijo que debía tomarme la temperatura, pero al esperar que la tomara en mi frente me dijo que mejor me la tomaría en la muñeca. Le dije que esa lectura no iba a servir, ¿qué no sabía que era como de dos grados menos? Lo sabía, pero, me dijo, hay gente que cree y se queja que si se la toma en la frente le puede causar daño cerebral.  Sonrío bajo el cubrebocas y le agradezco, pero pienso que ningún daño adicional se causaría en un cerebro que piense así; el daño ya estaba hecho desde el primer día de su vida, al nacer en una familia, que digo en una familia, en un país en donde la educación y la ciencia valía para… Paré mi dialogo interior. ¿Qué caso tiene? Mejor a esperar a lo que fui y listo. Salir lo más rápido posible de ese caldo de gérmenes. 

No avanzo. Tengo ya listo desde hace meses el outline de la novela. Está prácticamente escrita en mi mente. En esta ocasión decidí empezar con la escena final. Vamos a probar. Soy muy visual, así que la escena se reproduce una y otra vez en mi mente como capítulo final de serie de Netflix en loop. Una y otra vez. Sé qué sucederá, puedo ver a mis personajes sobrevivientes, veo el sol del atardecer sobre las montañas mientras hablan, puedo oler el aroma verde desprendido de las cosechas, sé cómo llegaron ahí, pero no logro avanzar. Me culpo a veces y otras no de esa falta de avance. En ocasiones despierto por la mañana y reniego de no haber escrito el día anterior.  Me acuso de querer y no querer ser en realidad un escritor profesional. Me flagelo psicológicamente. Luego me digo: ¿se me puede culpar por no poder ser creativo durante una pandemia? Cada vez que uno tiene que salir a la calle se siente la caricia de la espada de Damocles. Todos estamos expuestos a un virus mortal. ¿Se me puede culpar? Acabo de leer en Twitter que Donald Trump tiene Covid. Era de esperarse, ¡es tan estúpido! Pero si al presidente de los Estados Unidos le puede dar Covid…

Después me digo que sí. Se me puede culpar porque tengo todo para escribir. El tiempo y el lugar. El estudio está subiendo las escaleras. El tiempo también está allá arriba. No tengo que salir, mis clases son en línea y me pagan el sueldo completo. Volver a las aulas está descartado hasta el año que viene. Tengo todo para escribir. Pero al despertar por la mañana no tengo nada.

(Hallado hoy, escrito en octubre de 2020).

miércoles, junio 14, 2023

Elogio del buen fumar

"La Epicurea Calma", 1997
El sillón del fumador es ahora fortaleza, y el paso elegante del humo, con su dignidad, ahuyenta cualquier asalto de lo vulgar...

La experiencia se anticipa desde el momento en que se piensa. - Hoy, se fuma. - Para el amante sincero no se trata de un momento cualquiera; solo será aquel que ofrezca tiempo, porque tan precisa y lúdica operación requiere de espacio y lugar para el ritual.

Habrá que decidir primero cual de las vitolas disponibles se ajusta al humor del momento. Ya se abre el humidor, de construcción precisa, y el instantáneo aroma de madera y tabaco inunda el olfato, la vista se recrea, pero el tacto se reprime aún... ¿Se antoja un parsimonioso Robusto, un Rothschlid? ¿Un aristocrático Corona? ¿Acaso un elegante Churchill?

Pero una vez escogido, el puro en cuestión debe ser observado, olido, sopesado, acariciado... Ciertos requisitos son obligatorios: anillas propias de elegante factura, tabaco selecto de cosecha única, y si se lo permite, la exclusividad de lo añejo. Su consistencia debe ser la perfecta... Tripa, capillo y capa son los interpretes aún inertes de una sinfonía que pronto habrá de comenzar.

Se alcanzan ahora los instrumentos de la iniciación. Se precisan largos fósforos de cedro blanco y el instrumento de precisión exacto para cortar la perilla, guardiana de lo virgen... y a partir plaza. Las manos no deben dudar ahora, la operación es de tiempo corta y de detalle riguroso, cosas que la seguridad de la madurez otorga con el tiempo. Y se corta...

Ahora se enciende la llama, y esta pronta se ofrece ante el pie del puro, el cual a su vez la reverencia, galante, como el caballero que es. Ahora se observan puro y llama unirse en un instante a la vez volátil y tenso. Y mientras se aspira, bailan, juegan, ruedan, ríen ambos, se acarician... ¡Y se hace la magia!

Aquel que fuma, antes solo un espectador ante sus propias artes, ve ahora surgir de su boca fantasías en forma de voluptuoso humo de noble paso que, a fuerza de evanescente, practica refinadas evoluciones, ora graciosas, ora delicadas, ora altivas... unas y otras transformando de a poco el instante aquel en una sensación de placer inefable...

El tiempo se esfuma. Y no hay prisas... El sillón del fumador es ahora fortaleza, y el paso elegante del humo, con su dignidad, ahuyenta cualquier asalto de lo vulgar. El aroma lo llena todo y se posa el los estantes, en los libros, en nuestros elegantes gustos: aquí fuma un Gentleman.

Y es que ante esos momentos de refinada y culta quietud, de epicúrea calma, se obligan los pensamientos elegantes por estricto apego al instante pleno. Nos hablamos en la confidencia del diálogo profundo e importante y grande. Las glamorosas y humeantes evoluciones, que antes se degustan en el paladear de combinaciones y complejidades de nuestro tabaco, son pensamientos y ensueños que se transmutan en armonioso y contemplativo arte... lo que vemos danzar en el aire son nuestros sueños materializados, mientras nuestra conciencia se hunde en las profundidades de lo inasible.

Y por un momento, ciertamente efímero, todo está bien...

Xavier H. Castañeda
©

Pintura: 'La Epicúrea Calma'
por Xavier H. Castañeda
1997
Oleo sobre tela, 20 x 25 cm

Colección Privada

lunes, mayo 15, 2023

El vino más premiado de México

Foto del Autor
Accesible y consistente a través de los años, el Petite Sirah de L.A. Cetto es una excelente manera de acercarse al mundo de los vinos porque nos da una idea de como debe verse, olerse y gustarse un vino de muy buena factura y excelente relación calidad-precio.

Vino digno de mención, este multipremiado Petite Sirah de la Línea Clásica de L.A. Cetto ha sido a lo largo de los años un verdadero caballo de batalla para esta casa afincada en el Valle de Guadalupe, Baja California, al noroeste de México. Es cierto, L.A. Cetto tiene mejores vinos, más complejos, más redondeados; sin embargo el caldo que nos ocupa ha venido cosechando una variedad de premios y reconocimientos a lo largo de los años que lo hacen muy interesante y cien por cien recomendable, producto de una casa vinícola con más de 730 premios en su haber, ganadora del premio a la Bodega Mexicana del Año en el New York International Wine Competition en seis ocasiones.

Se trata de un tinto que, si bien no presenta una gran complejidad sí que tiene un carácter muy definido que logra aunar una muy buena calidad con un precio de verdad inmejorable: entre MXP $140.00 y $170.00 (entre $8.00 y $9.50 USD), en cualquier supermercado o tienda especializada, y es uno de esos vinos que recomiendo cuando alguien me pregunta cómo empezar a acercarse a los vinos, o cuando me encuentro con gente que no sabe qué escoger en alguna tienda de vinos. Es accesible en precio pero también al paladar joven y aún agrada al paladar más experimentado, es decir, es accesible tanto en precio como en gusto para un amplio grupo de personas.

Fuente: L.A.Cetto
Este tinto de varietal Petite Sirah (Durif) marida muy bien con carnes, pastas con portobello o champiñones y quesos de diversa fortaleza, y sobre todo, con comida mexicana; es decir, es muy flexible y se adapta bien a diversos puentes, quizás por que su temperatura de servicio no debe subir de 16º C, con un 14º-15º C como ideal, por lo que es fresco a la vez que sólido tinto de buena calidad, lo que demuestra su, a la fecha, impresionante palmarés que data desde la década de los noventas. 

Yo puedo dar fe de su calidad desde la década pasada, cuando empecé a notarlo con su L.A. Cetto Petite Sirah 2008 que alcanzó Medalla de Plata en el CINVE Sevilla 2010 y en el Tasters Guild 2010 y Medalla de Oro en el Berliner Wien Trophy 2011 y ni más ni menos que  en el itinerante Concurso Mundial de Bruselas, considerado por muchos como el más importante concurso de vinos del mundo, Medalla de Oro en el  2010 para el mismo 2008. Añadas posteriores alcanzaron Medalla de Plata con el L.A. Cetto Petite Sirah 2009 en la edición 2011 y  Medalla de Oro para el L.A. Cetto Petite Sirah 2010, Medalla de Oro en Bruselas 2014 y  Medalla de Plata en el Taster's Guild 2014 para el Petite Sirah 2012, entre otros muchos premios. Vinos necesarios si aún puede conseguirlos.

En 2023 los vinos a buscar son las añadas 2018 y 2019, respectivos ganadores de medallas de oro y plata en el European Wine Challenge 2021 celebrado en Londres, en el San Francisco International Wine Competition de 2021 y en el China Wine & Spirits Awards 2021 celebrado en Hong Kong, entre otros concursos internacionales. 
Si todavía puede hallarlos (es posible), busque la añada 2017 (hágame caso), ganadora de Medalla de Plata en el Vinalies Internationales Paris 2019 y en el San Francisco IWC 2019, y Oro  en el SMV Canada 2019, y la añada 2015, vino premiado con 87 puntos en el Decanter World Wine Awards 2018 y Medalla de Oro en el México Selection by Concours Mondial de Bruxelles. (Se puede consultar el palmarés actualizado de L.A. Cetto aquí). 

L.A. CETTO Petite Sirah 2007/2008/2009
Intentaré dar nota de cata un poco general, tratando de incluir datos de varias añadas que he degustado principalmente desde 2006 cada año, aunque ocasionalmente antes de esas fechas, en el entendido de que a pesar de su consistencia como vino varietal y elaboración, es imposible que cada año un vino sea igual al del año precedente, aunque en líneas generales sean sus características consistentes, una de sus fortalezas, a saber:

L.A. Cetto Petite Sirah

Cepa: Petite Sirah (Durif)

Vista: Rojo - púrpura, profundo, con tonos que van de lilas a violetas francas. Cristalino. Disco limpio.


Nariz: Principalmente afrutado; frutos rojos del bosque. Arándanos. Guayaba. Ligero musgo o trufa, en ocasiones jamaica seca. Ciertos dejos florales. Ciertos dejos de roble.

Boca: Ligero paso de boca, taninos suaves, acidez equilibrada, fresca. Final mediano.

Notas: Importante observar la temperatura de servicio (16º C); de lo contrario y si se atempera demasiado, puede presentar un carácter licoroso y acidez o retrogusto amargo que han dado pie a ciertas notas de cata negativas. 

Adicionalmente, y debido al éxito que nuestro vino ha cosechado a lo largo de su existencia, L.A. Cetto ha decidido lanzar una versión más sofisticada del mismo en el 90 Aniversario de la bodega, fruto de la experiencia acumulada durante su elaboración, el Petite Sirah Reserva Privada, lanzamiento que se explica en el video que aquí incluyo, y que a ultimas fechas ha conquistado medallas prácticamente cada año, y más recientemente en CDMX, Tokio, Hong Kong, San Francisco, Nueva York y Londres.



Como menciono en mi nuevo libro Diario de Vinos; breve iniciación a los placeres del vino, este caldo es una excelente manera de acercarse a este mundo porque nos da una idea de como debe verse, olerse y gustarse un vino de buena factura.  Un vino mexicano por excelencia, de calidad superior, a una muy buena relación calidad-precio de una bodega que siempre apuesta por avanzar en calidad. No olvide visitar su canal de YouTube, para conocer más de esta y sus más de 90 años de existencia.

Para concluir, dejo algunos videos de cata de nuestro Petite Sirah de añadas pasadas desde Francia.




¡A su salud!

Xavier H. Castañeda
©

Para saber más:
https://web.lacetto.mx/wp/
http://es.wikipedia.org/wiki/Valle_de_Guadalupe_(Baja_California)
http://www.concoursmondial.com/es

*Fotos del Autor y del sitio de la casa productora.

miércoles, febrero 22, 2023

Opiniones sobre el arte de viajar

"The Wanderer above the Mists" c.1817; Caspar D. Frederich

De la intacta mirada y otras vicisitudes viajeras.

Todavía recuerdo mi primer viaje, y aunque pertenece a ese mundo de brumosa memoria infantil, es aún revelador para mí. Mis padres solían decirme, cuando no me querían merodeando a su alrededor, que le pidiera a tal o cual persona un “Tenemeacá”, mítico y esquivo juguete que aún hace a los niños ir a otro lugar inmediatamente, sin saber qué es en realidad... Yo imaginaba un Tenemeacá como una especie de autómata muy antiguo, aunque mis pequeños amigos pensaban diferente... Era todo un misterio.

En aquella ocasión le pregunté a mi abuelo si él acaso tenía uno de esos aparatos en su biblioteca, tenebroso lugar al fondo de un largo y obscuro pasillo. Su respuesta fue simple: “averígualo”. Así es que, después de un buen rato de indecisión (vaya, no era cualquier cosa, ese pasillo realmente imponía), me armé de corazón y caminé con paso lento en la oscuridad, pero, justo al llegar al umbral de la biblioteca, la verdad me cayó encima como la loza... ¡Los Tenemeacás no existen! Con todo lo que eso implicaba, el hecho me dejó impactado. (Aún hoy escribo: “Expedición Tenemeacá, en busca de un dicho o la explicable pérdida de la inocencia”). Lo más interesante de todo fue que la satisfacción que sentí al descubrir que esa verdad de mayores era comparada con la de haber recorrido aquel sombrío pasillo. Fue un instante que viví intensamente, y esto, en mi opinión, es la esencia de un verdadero viaje.

Automaton from The Invention of Hugo Cabret
Quiero explicarme. Fue sorpresa, descubrimiento, asombro y pensamiento. Fue conocimiento. Fue la mirada de un niño que a cada paso desenvuelve el misterio del mundo al recorrerlo. Yo le llamo “La mirada intacta”. Lamentablemente, si hay algo que caracteriza a nuestra época es el apresuramiento. Y aún peor, el desespero. Y quizás lo peor de todo: la pérdida de la maravilla. 

Queremos siempre llegar a algún lado; no sabemos a dónde con claridad, pero entre más rápido mejor. Siempre andamos tras el Tenemeacá. Como resultado, perdimos el lujo del tiempo. Tiempo para observar a nuestro alrededor. Tiempo para aquilatar y valorar. Tiempo para sorprenderse. Eso mismo es un viaje. ¿Y que es la vida si no un viaje?

GQ Magazine
Viajar significa estar siempre de ida; el buen viajero siempre cree en la pureza del tiempo. De sus propios tiempos. De lo que tenga que tardar. No es necesario viajar muy lejos o de practicar turismo gregario, sino de conocer y descubrir. Aún en nuestra propia ciudad. Descubrir la luz en un museo solitario de sobria elegancia; la melancolía de una derruida estatua de cementerio o el fuego en el cielo de una noche de celebración. La mirada virgen a veces descubre el sueño de la vida en un atardecer. Y solo un atardecer justifica un viaje. Casi todo justifica un viaje. Yo he preferido viajar solo, quizás por que el silencio justifica las ideas, el pensamiento. Pero aún así, la música justifica el silencio y esta a su vez una buena conversación; y una buena charla justifica un viaje, razón poderosa para compartir un instante pleno. Y así la memoria de un viajero es una casona con salones llenos de instantes plenos. Olores, vistas, sonidos y tactos de un mundo otro, distinto del nuestro; lo que nos hace verdaderamente humanos sensatos al fin, el despertar a nuestras diferencias.

Sabores... Recuerdo un viaje a Cacaxtla, Tlaxcala; un impresionante lugar de coloridos murales prehispánicos. Me daba por satisfecho. Pero en la salida de la zona arqueológica había un montón de puestos de comida y un amigo y yo disfrutamos de los más deliciosos tacos de flor de calabaza, con queso y carne, en tortilla verde - es decir, los “especiales” - cocinados en una estufa que había visto peores días como barril de petróleo. Hicimos el viaje de hora y media desde Puebla solo por esos tacos en varias ocasiones más.

Cholula, Puebla, México. (Foto: Contraparte.mx)
O ese recuerdo maravilloso que guardo de aquella mía petite amie française de dulce memoria, Silvie, cuando hicimos un picnic improvisado – bueno, no tanto - en el atrio de una hermosa iglesia barroca colonial en Cholula, Puebla. Nos comimos unas perfectas semitas de milanesa con quesillo del “Gordo” - un tipo que sabía su negocio - acompañado con un petite sirah del Valle de Guadalupe (un maridaje que cada vez que puedo, recomiendo). Ese atardecer frío fue un instante inolvidable... O aquella vez que, con un frío de cero grados centígrados, me comí una torta toluqueña de “La Vaquita Negra” en el zócalo de Toluca, después de una tarde de adorables museillos escondidos, que pues sí, me supo a gloria... O esa enorme Bisteca Fiorentina con Chianti Classico en el Boccadama, en la plaza de Santa Croce en Florencia, con mi hermano... Y así, abundantes memorias más, cientos por sentido, pueblan mis personalísimos salones de recuerdos hechos de sustancia de hacer vida.

¿Y hay algo mejor que vivir nuestras pasiones? Nos ha tocado un tiempo turbulento, de rumbos inciertos, pero no diferente a otros tiempos. Siempre nos queda, sin embargo, el añejo sabor de un gran viaje que nunca hicimos y el dulce aroma de los que ya acabaron. Viajar es un arte en tanto que es una característica humana el fortalecerse y adquirir. Si nos quedamos estáticos, morimos. Viajar abre literalmente nuestros horizontes y un buen viaje purifica nuestros pensamientos. Esto, claro, implica sentir con la mirada intacta, siempre presta al asombro. Y hacer tiempo para vivir, para ejercer nuestro individualismo. Después de todo, nunca se sabe a la vuelta de que esquina se nos revelará el sueño de la vida, el instante pleno...

Xavier H. Castañeda
©

Pintura: The Wanderer above the Mists,
por Caspar David FRIEDRICH
1817-18
Oil on canvas, 94,8 x 74,8 cm
Kunsthalle, Hamburg
http://www.wga.hu/index1.html

domingo, febrero 12, 2023

¿Valen la pena las cafeteras Nespresso?

Hace ya algunos años, cuando me encontraba haciendo mis breves estudios de arquitectura en el centro del país, conocí a quien por cierto tiempo fue uno de mis mejores amigos. Lamento decir que le he perdido la pista, hace ya tantos años, pero puedo decir que con él aprendí algo que se ha mantenido conmigo hasta hoy.

En aquel tiempo yo era aficionado al café, como siempre, es decir, desde niño tomaba el café que nos daba nuestra nana, doña Ándre, pero ya viviendo solo en una ciudad cosmopolita uno de mis grandes placeres era visitar librerías de viejo y tomar café en antiguas cafeterías del centro de la ciudad. Algo más que me gustaba era comprar café importado de Francia o Italia (Illy, Malongo, Lavazza) en tiendas de importaciones, las cuales con el tiempo fueron desapareciendo debido a la ubicuidad de los centros comerciales primero, y por los envíos por Internet después, ambas conveniencias de los tiempos que fluyen. Ese café, comprado ya molido, lo preparaba en una cafetera alemana muy buena, pero que usaba filtros difíciles de conseguir en la década de los 90. También compraba café molido de procedencia nacional cuando ya se empezaban a utilizar las palabras Premium o Gourmet como argumento de ventas de productos de mejor calidad. El caso es que yo sentía estar tomando muy buen café.

Sin embargo, y cuando conocí a este buen amigo que les refiero, Lorenzo, esta idea me fue cambiada radicalmente. Y digo me fue cambiada porque resulta que mi buen amigo era hijo de una familia cafetalera que producía café solo para exportación. Cuando se enteró de que yo era aficionado al café pero que lo preparaba como lo hacía me miró como cuando un padre ve a un niño tratando de explicarle la vida. Me dijo quién era y me prometió un día llevarme a las montañas para explicarme cómo se cosechaba el café, cosa de lo que yo apenas tenía idea, y que me daría a probar el mejor café que yo hubiera probado en mi vida, y también explicarme el porque los cafés comprados ya molidos, por muy al vacío que hayan sido empacados, han perdido su mejor momento mucho tiempo antes de verlo en las estanterías. Ese día llegó y fuimos con otro par de amigas a un lugar verdaderamente alejado de todo centro citadino, a un lugar que luego referíamos, a manera de broma, como Villa Perdida, Veracruz. 

Durante esa visita pudimos ver el trabajo que se hace en el campo con los cafetales, lo cual es verdaderamente una ciencia (es decir, agronomía), el cuidado de la tierra, la influencia del sol y de los vientos, el tiempo correcto de la cosecha y muchos otros factores. Pude ver de cerca al gran número de gente que trabaja en el campo y los trabajos de la planta de procesamiento y aún hoy recuerdo el delicioso aroma que desprendían los granos de café al ser tostados. También aprendimos el trabajo de los catadores profesionales, los cuales evaluaban la calidad del café producido y hacían las mezclas que luego serían enviadas al extranjero, lo cual, mi amigo insistió, resultaba paradójico ya que una gran parte de su producción se enviaba en aquél momento a la compañía francesa Malongo para hacer sus cafés La Grande Réserve y Supremo d'Arabica, los cuales yo compraba de vuelta en México en sus bonitas latas decoradas. Otra cosa que aprendí fue el método preferido de los catadores para probar el café que evaluaban, el de la cafetera francesa, cuyo método de preparación describo en mi artículo Hacer la taza perfecta... Era saber cómo tomar el café más fresco posible y saber apreciar la crema, el aroma y el sabor de una taza recién hecha. 

Nos explicó Lorenzo también que la relación con los importadores extranjeros era importante y que ello permitía a su empresa familiar crecer cada vez más y proveer de sustento a mucha gente de los alrededores, además de la gente de la cadena de distribución hasta llegar a nuestras casas. Todo el proceso es por demás interesante pero no quiero hablar tanto de este punto, sino explicar lo importante que resulta saber que la industria del café mantiene a muchas familias y que existen empresas que se toman en serio el mantener una cadena de valor sustentable. 

Pero, se preguntará usted, ¿no íbamos a ver si las cafeteras Nespresso valen la pena? Supongo que ya habrá atisbado por qué escribo esto antes de hablar de las cafeteras Nespresso y de las variedades de café que ofrecen. 

Pero debo indicar antes dos puntos interesantes como aficionado al café. El primero es decir que después de aquella experiencia en las laderas de la Región de las Montañas de Veracruz tomé distancia de las cafeteras de filtro, percoladoras y demás, y me enfoqué más en la calidad que en la cantidad, además de comenzar a comprar café en grano para molerlo yo mismo justo antes de prepararlo en mi cafetera francesa o mi Moka italiana. También comencé a tomar café espresso como única opción de tomar café puro sin leche o azúcar, y aprendí a apreciar el arte de hacer café de los baristas profesionales. Hoy, cada vez que visito una nueva ciudad me esmero en saber dónde puedo tomar el mejor café y dónde hallar las cafeterías con más tradición. Así he descubierto verdaderas joyas y es uno de los placeres que más disfrutamos mi esposa y yo.

El segundo punto es que, cómo principio, desconfiaba de los cafés ya empacados, es decir, por mucho tiempo desconfié de las cafeteras Nespresso y de su modelo de negocio, el cual consistía en vender una cafetera que luego necesitaría de cápsulas vendidas en exclusiva por la misma empresa, pero sobre todo no creía que el café en cápsulas pudieran ofrecer un sabor, aroma y experiencia equiparable a un café recién preparado de formar 'artesanal', por decirlo de alguna manera.

Con el tiempo descubrí que el café que Nespresso ofrece es verdaderamente de una calidad muy buena, sobre todo las mezclas de edición especial que regularmente ofrecen a lo largo del año, de las cuales puede usted observar en las fotografías algunos ejemplos que he probado recientemente.  También encontré que a ultimas fechas la patente comercial en exclusiva de las cápsulas de aluminio Nespresso ha vencido y muchas otras empresas, incluyendo Illy, Malongo, Lavazza y hasta Starbucks (si a usted le gusta eso), ofrecen cápsulas compatibles con el sistema Nespresso, lo cual resulta en una gran variedad de sabores y aromas disponibles para su fiel cafetera. 

Pero lo más interesante para mi fue saber del trabajo de que hacen con los productores de café de todo el mundo, incluyendo el cultivo responsable y sostenible, lo cual, debido a mi experiencia directa con mi amigo productor de hace muchos años, me es particularmente relevante. De esto puede usted informarse más en la propia página de Nespresso Sustainable Quality. Algo más que me interesó fue cómo han estado trabajando en el tema del reciclaje, lo cual era anteriormente una crítica que se les lanzaba debido al manejo del aluminio de sus cápsulas de un solo uso, algo que no vemos, por ejemplo, en el desecho diario de millones de latas de refresco de soda de Coca-Cola, Pepsi, y otras muchas empresas. De esto puede usted leer más aquí

En conclusión la respuesta a la pregunta del título de este articulo es un gran . Sí vale la pena adquirir una cafetera Nespresso. Si usted está tentado a comprar una, hágalo. Las propias cafeteras son fabricadas para Nespresso por las compañías Krups, Breville, DeLonghi y por la compañía suiza Eugster/Frismag, lo que garantiza una excelente calidad de manufactura. Hay muchos modelos para que usted escoja, pero yo me decanto por la del sistema de cápsulas llamado Original (las que puede ver en la fotos y que se adquieren en las propias Boutiques Nespresso o en su tienda en línea), ya que es la que ofrece mayor variedad de mezclas propietarias de Nespresso, de las cuales mantienen entre 24 a 27 mezclas y orígenes diferentes dependiendo de la temporada, además de sus ediciones especiales, y tener la posibilidad que le comento de adquirir café de otras compañías de mayor tradición y antigüedad. Otro consejo que le doy es que si usted toma café con preparados de leche compre una cafetera especial para ello, de lo contrario el modelo de entrada es suficiente para hacer una buena taza de café espresso de forma convenientemente rápida.

¿Es Nespresso el mejor café que puede tomar? Probablemente no. Pero es un muy buen atisbo de lo que un gran café debe ser. Tal vez la mejor manera de verlo sea que usted, amante del café, puede contar con más opciones para probar, incluyendo las visitas a cafeterías de tradición con sus espressos cremosos hechos a 9 bares de presión o disfrutar de cafés selectos preparados por baristas expertos; de los preparados en casa con granos recién molidos de diversas procedencias escogidas y también las cápsulas de café listo al instante que le acercan muchas otras variedades de café de calidad. El mundo del café está a sus pies, y usted puede disfrutar sencillamente lo que más le guste. 




Xavier HC
©