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miércoles, junio 21, 2017

La Mala Educación

De la mala y a veces ausente educación.

No hace mucho tiempo, en alguna de esas reuniones sociales a las que asisto poco, una de esas personas a las cuales no hay que darles a beber ni un mililitro de alcohol (por que comienzan a hacer honores a la denostación inculta y al improperio gratuito), me dijo desde el otro lado de la mesa que nuestro país es una mierda, riéndose a carcajadas.

De entrada, y viendo las cosas como están en México, uno se inclinaría a aceptar la realidad tragándosela como quien se come un tornillo y quedarse callado, silenciosamente tildando para uno mismo al grosero de borracho o de borracho al grosero e ignorándolo. Pero al fin y al cabo, una de las cosas que le hacen a uno hervir la sangre es cuando 'alguien más' insulta al país propio. No importa cuantas veces uno insulte al gobierno, confundiéndolo con la patria, por la inseguridad, la falta de oportunidades y la economía; nadie aguanta que otro se lo diga a uno.

Pero lo que más me llamó la atención es que aquel descortés beodo era un profesor. Y uno muy influyente al parecer. Y además, al increparme me encontraba yo comentando sobre lo importante que era no perder de vista la historia de nuestro país aprovechando la ocurrencia del bicentenario de la independencia de México a raíz de la investigación que realizo para un proyecto literario y lo fascinado que estaba por leer sobre nuestra historia mexicana. Nada más indignante.

Al final, aquel faux pas social pasó de largo con tan buen sabor de boca como aquel de quien contempla el noticiero de la noche (muertos, sangre, violencia, desgracia en directo...). Sin embargo me quedé pensando que mi indignación estaba mal dirigida, que si el país está de cabeza es por que la ignorancia campea a sus anchas por nuestro sistema educativo cual jinete apocalíptico, grosero, borracho y burlón.

Y aclarando las cosas, honor habrá que hacerle a aquellos profesores y gente dedicada a la educación cuyo compromiso y vocación los llevan a hacer un gran esfuerzo por sus pupilos más allá de sus funciones.

Pero si aquel maestro del que hablo representa de alguna manera a otros de su profesión, el tipo es un verdadero matacuaz que no debe, por ningún motivo, estar a cargo de la educación de ni siquiera su propio perro, a riesgo de que lo haga ignorante.

Pero por desgracia su comentario no debe tomarse a la ligera, aquella persona es solo un síntoma, no la enfermedad... Si esa es la percepción del propio país de un educador, ¿que podemos esperar de los alumnos? La patria es hoy para muchos ignorantes la selección nacional de fútbol y la música de banda... Hay gente que llora con un gol... ¡Carajo! ¡Qué orgullo nacional tan echado a perder! Así, nada más peligroso entre las personas de poca edad que no creer en nada, y peor aún, no creer en uno mismo. No creer en la patria es no tener cimientos, los cuales son los fundamentos para poder catapultar el país hacia algo, como mínimo, mejor.

Responsabilidades: ¿A quien se le ocurrió, querido lector, sacar de los programas educativos el civismo, el latín, el griego, la historia - magistra vitae -, la geografía, la literatura y otras? ¿Y sobre todo, las ciencias, aquellas que solas pueden sacar adelante un país o hundirlo por su ausencia? ¿Quien es responsable de este asesinato cultural que lentamente nos envenena como sociedad? ¿Como es posible que como sistema se fabriquen mediocres? Pues efectivamente, la sociedad, es decir, yo, usted y todos los demás que lo permitimos, inmóviles.

¿Donde están las ideas? ¿Donde el orgullo patrio? ¿Donde la verdadera pasión por nuestro país? ¿Donde la alta cultura mexicana? ¿Donde nuestro raigambre?

(Bajo esta triste y desesperante luz, hasta mi propio artículo sobre la educación de un caballero se me antoja iluso).

Esta es mi opinión: si queremos dejar dejar de ser país de media tabla, por no decir mediocre, lo único que se debe impulsar sistemáticamente es la educación. El fabricar ciudadanos ignorantes es condenarnos irremediablemente al abismo de, precisamente, la oscura mediocridad, con todas las taras que eso conlleva. Es fabricar un país ignorante. Deben ponerse a las personas correctas en el papel más importante, es decir, con la misión de educar, y quitar a los que no tienen la habilidades ni las competencias para ello... misión casi imposible pero necesaria.

¿Qué hacer hoy mismo? Como suele decir mi padre, comencemos en la propia casa. Eduque mejor a sus hijos. Menos tele y video juegos, no los idiotice. Tome responsabilidad con respecto a su educación; Discovery Kids y Baby Einstein son solo herramientas. Fomente su imaginación. Hágalos crecer de manera natural en un ambiente culto, aunque se tope afuera con otra realidad (esa diferencia les hará más despiertos). Visite museos, conozca nuestra historia, rica en valor y cultura. Hágalos sentir orgullosos de nuestra identidad nacional. No confíe que la escuela basta. Si está en su poder, haga algo de valor educativo en su comunidad. Beque a un buen estudiante, busque formas de hacerlo. Done libros. Lea. Lea bueno. Enseñe a leer a sus hijos. Y sobre todo, reaccione ante la estupidez.

F. Xavier
Abril de 2010.
©

Pintura:
MURILLO, Bartolomé Esteban
El Joven Pordiosero
c. 1645
Musée du Louvre, Paris


The above images are faithful photographic reproductions of original two-dimensional works of art. The works of art themselves are in the public domain for the following reasons: The images (or other media files) are in the public domain because their copyrights have expired. This applies to the United States, Canada, the European Union and those countries with a copyright term of life of the author plus 70 years. Moreover, all included images comply with the rule of the shorter term in countries that have copyright terms longer than 70 years.

lunes, mayo 06, 2013

Gem-Hard Prose


"Usually he was alone, bent over his notebook, writing slowly, as if he weighed every word, cutting his sentences sharply, as he chiseled his gem-hard prose."


- Sara Mayfield on Hemingway in 'Exiles from Paradise".













jueves, mayo 17, 2012

Carlos Fuentes: Todo un Señor


Foto: Reuters

Carlos Fuentes, verdadero Epicthonius Cosmopolites, fue todo un Señor, en el sentido más amplio, que cualquier mexicano sensato, culto e inteligente debería aspirar a ser.  

En pocas ocasiones la muerte de una figura pública me ha sido tan impactante como la muerte del gran escritor mexicano Carlos Fuentes, y pocos son los elogios que uno puede prodigar - o agregar - a los cientos que hoy día se ven en la prensa y la televisión, no hablaré aquí de todo lo dicho y hecho por él, y sin embargo...

Mi relación con Carlos Fuentes siempre fue la del lector. Muchos años atrás leí Aura (México, 1962), cuando estaba aún en el colegio y puedo decir que no la entendí. Eran mis años de transición desde La Isla del Tesoro, Robinson Crusoe, Sandokan y Julio Verne hacia Maupassant, Dumas, E.A. Poe, Agatha Christie y a novelas americanas más ligeras de Robert Ludlum, Michael Crichton o Tom Clancy. Leía mucho, sí, pero como lector no estaba preparado para el tipo de literatura que se descubre con la madurez. 

Foto: Vanguardia
Con el tiempo, y con la llegada de Gogol, Gorki, Rosseau, Stendhal, Voltaire y de todo lo que se debe leer   (Shakespeare, Cervantes, Homero, Dostoyevski, Tosltoi, Rulfo, Literatura Clásica), llegaron también a mi estos escritos extraños, un poco contrahechos (en mi medida de lector, digamos, "normal"), amargos y a veces sufribles del maestro Fuentes, pero que sin duda me asombraron por su diferencia. La primera novela que le leí y en la cual atisbé su genio creativo fue  La Cabeza de la Hidra (Barcelona, 1978), tal vez por que era para mi un tema acostumbrado pero con tratamiento de lenguaje y de visión de mi México que me asombró. 

Fue entonces que leí nuevamente Aura, además de Agua Quemada, Cantar de Ciegos, Chac Mool y otros cuentos, pero particularmente La Región más Transparente (México, 1958) y fue entonces cuando comprendí la dimensión universal de un grande; esa sensación que como lector aceptas de súbito más que comprender, de que estas leyendo algo fabuloso... Este libro capital para la "mexicanidad", desnuda nuestros complejos, miedos, taras, gustos, pensamientos ocultos, tensiones sociales internas, lenguaje y verdaderas facciones y virtudes de una manera tal y con tal actualidad, que uno no deja de asombrarse de que esta haya sido escrita hace más de 50 años. Cada quien, de donde provenga, pude reflejarse en los múltiples espejos ahí descritos, y se tiene esa idea de que si lo que me describe a mi es cierto, ciertas deben de ser las descripciones de otros mexicanos que me son ajenos. Y es que probablemente como el mismo maestro escribe, México tiene "capacidad para conocer todos (sus) defectos, e incapacidad para superarlos"... 

Como lector que se precie de serlo, uno hace a su propia biblioteca. La cultiva y la atesora. Sin embargo, los caminos que cada lector recorre son diversos y el mapa de ruta son nuestras propias lecturas; lo que nos lleva de un libro a otro son descubrimiento de lo leído justo antes.  Y así, Don Carlos siempre fue una fuente inagotable de rutas y guías... Y en esa biblioteca personal, mapa de lo que somos, siempre hay lugares reservados a los grandes libros, aquellos que nos marcaron, que consideramos parteaguas o que simplemente nos gustaron mucho. La Región más Transparente forma parte de ese personalisimo panteón, a un lado de la Feria de las Vanidades de Thackeray y de Los Privilegios de la Vista de Octavio Paz, entre otros tantos queridos. 

Foto: NTR Zacatecas
Otros libros de Carlos Fuentes no me han gustado, es más, los he evitado: La Silla del Aguila (Alfaguara, 2003) y Cristobal Nonato (México, 1987) en particular me han desagradado no por la escritura de Fuentes, sino por la descarnada realidad de mi país ahí descrita, la cual no quiero ver pero se me muestra. Pero La Muerte de Artemio Cruz (México, 1962) que no pierde actualidad y que personalmente equiparo en estatura al Pedro Páramo de Juan Rulfo,  Terra Nostra (Barcelona, 1975) y Gringo Viejo (México, 1985) son piezas que me gustaron mucho y que atesoro. También he leído muchos cuentos, de singular maestría, y ensayos, gustándome unos y otros no, en tanto que el maestro gravitaba alternativamente entre la crítica mordaz y la descripción precisa de la realidad de México y del mundo. La cuestión es que Fuentes puede gustarle o no, pero el disfrutar de una mente clara e inteligente siempre es un placer para todo hombre y mujer pensante; además de que la propia escritura, el tejido literario y el diseño narrativo de Carlos Fuentes es muy complejo y tiene muchos niveles intelectuales. No es lectura para legos.

Otras cosas las he añadido a mi personal viaje literario. Por él se que el titulo de este blog está errado (debe ser In Vino Veritas, pero que no he querido corregir). A recomendación de Fuentes leí a Erasmo, a Garcilaso, a Rimbaud y a Proust, y a Cervantes cada año, buscando y admirando en su Quijote el verdadero arte de nuestro idioma y hasta donde puede llegar su belleza. Seguí a pies juntillas su "Las novelas deben tener riesgo moral, experimentación formal y humor verbal"...

Foto: Victor Caivano / AP 
No he leído todo Carlos Fuentes, pero lo pretendo, y pretendo también que sea un viaje de gran placer. Incluyendo su más ligera Vlad (Mexíco, 2010) la cual espero gustar pronto.

Pero hay algo que quiero destacar: el hombre y el escritor son indivisibles y Carlos Fuentes fue un hombre comprometido, tenaz,  de voz franca y precisa que no escatimaba elogios, pero tampoco criticas donde creía se necesitaban. Siempre admiré su capacidad de "distancia" de poder decir las cosas como son y con todas sus palabras, pero siempre con elegante y preciso lenguaje, sin necesidad de descalificaciones vanas, siempre esclarecido y desde una perspectiva superior. Era un hombre congruente, elegante, culto, de personalidad compleja, de pensamiento elevado y una voz crítica y esencial de la realidad mexicana, latinoamericana e internacional. Muchas veces envidiado, de vestir clásico, de palabra dura y fecunda creatividad, se fue hasta el mismo momento de su partida narrando México, el deseado, el mejor que nunca ha sido. Lejos de ser perfecto, sus máculas eran parte de su complejidad creativa. Una figura controvertida pero irreemplazable e importante que se fue sin Nobel, pero con todos los honores de un escritor que publicó hasta el último día de su vida, y aún lo hará después. 

Foto: Random House
Finalmente, siempre he creído que un hombre debe seguir los pasos de los grandes.  Debe existir un faro hacia adonde dirigir la proa del intelecto. Pero un país donde los grandes para el pueblo son actores de telenovela y futbolistas está condenado al más triste y desesperante fracaso. Carlos Fuentes, verdadero Epicthonius Cosmopolites (ciudadano del mundo), fue todo un Señor, en el sentido más amplio de la palabra, que cualquier mexicano sensato, culto e inteligente debería aspirar a ser. Elegancia, autoridad intelectual, cosmopolitismo y el buen gusto. Carlos Fuentes se ha ido, pero no su obra, y como él mismo lo mencionó, el próximo lector de  La Región más Transparente aún no ha nacido...

Carlos Fuentes descansará eternamente en París, patria de escritores y donde según Girandoux "más se ha pensado, hablado y escrito en el mundo", en el merecido lugar entre otros universales en Montparnasse. Requisquiat in pace, Maestro.

Por Paco Hernández-Castañeda
Mayo de 2012

martes, junio 01, 2010

La Conquista de la Malinche


"La Conquista de la Malinche" del Dr. Luis Barjau; comentarios de Arturo Morlet.

Tema de interés, escrito con un propósito bien definido, con un marco científico que permite la reflexión; bien ponderado, es decir, objetivo y neutral con un proceso sintáctico impecable. La figura de la Malinche “Personnage qui habíte encoré límaginaire populaire des pays de langue espagnole la he visto pasar muy cerca de mí y la he escuchado, confundida en el lenguaje, articular fonemas de diferentes culturas. Asoman los argumentos, la explicación y comparación histórica así como el uso de la lógica ejercida desde un marco obviamente retrospectivo.

Se manejaron muy bien los elementos de secuencia histórica y de especial interés el contraste inevitable marcado entre las dos culturas. Fue interesante que se ejerciera una crítica objetiva de las fuentes (poco utilizado en muchos libros) y, con el dominio del tema, se despertara en los lectores una visión más cercana a los hechos. Excelente desarrollo del tema y analogías históricas interesantes y bien plantadas con la obvia dirección de la pluma del autor y lecturas de sus favoritos. Existe un aroma, en el contenido del libro, de algunas notas emotivas de reclamo acerca de la falta de identidad y pobre conocimiento del lector no ligado a la historia de nuestro pueblo de “la verdad y no de la verdad verdadera”.

Hablando de la obra, de manera estrictamente emocional para el que esto escribe, pasé de la curiosidad y tranquilidad por descubrir los siguientes renglones a momentos de angostura en los que, unas veces me perdía entre mis antepasados indígenas y en otros sentí cargar la pesada armadura de los Españoles.

Mi parte inestable se enamoró de la Malinche, especialmente por su edad, gran curiosidad y osadía (como los carros de fuego de Phaetón) y mi parte racional entendió su circunstancia, sin dejar de sentir la traición a nuestro Pueblo. Debo admitir que, especialmente en los encuentros bélicos y la gran confusión de los dos grupos, la angustia y desesperación se apoderaron de mí.

En la figura de la Malinche encuentro dos movimientos, el ascenso y descenso; guía a los españoles y les sirve, apaga su curiosidad cultural y sexual por medio de Hernán Cortés y sus aliados y, al final, llega la realidad a insistir en su regreso al origen. Siempre he pensado que figuras como la Malinche no obedecen solamente al azar; existen grandes elementos en su perfil psicológico, el momento Histórico, la curiosidad y el deseo que le dieron esta investidura. Asimismo pienso que, aunque ocurran sucesos Históricos tan desafortunados en algunos momentos, conquistar y sembrar en otros lugares, obedece a cuestiones primitivas de extender nuestros genes y con ello, adquirir más poder en el sentido y ejercicio de la posibilidad; dicho de otra manera conquistar o ser conquistados es inevitable. No olvido nunca, por supuesto, que la manera cómo ocurrieron las cosas, desde nuestro ángulo como conquistados fue grotesca, violenta e injusta pero, como dijo el psicoanalista Francés Jaques Lacán “La vida no es justa o injusta, sólo es”.


No dejo de pensar que lo importante no es conquistar o ser conquistados, sino conducirnos de esa manera fuera de estos momentos históricos.

Cada vez que me siento cerca del Grijalva, confundido por el calor, me parece ver en el horizonte al Capitán Juan de Grijalva preguntándose, a la sazón del aroma selvático, si algo o alguien lo estaba esperando; la historia y los escritos (algunos confusos y adulterados) han respondido a una parte de esa pregunta. Los relatos de Fray Bernardino de Sahagún de sus observaciones (subrayo esta última palabra) acerca de aspectos etnológicos y lingüísticos basados en relatos de los indígenas y códices pictográficos está, evidentemente, obnubilada por la visión del conquistador “Todas las noches, un poco antes de media noche, los ministros de los ídolos que tenían cargo desto, tocaban los caracoles y trompetas y cornetas. Y luego se levantaban todos a ofrecer sangre y encienso a los ídolos en los cúes y en todas las casas particulares” (Fray Bernardino de Sahagún, ”Historia general de las cosas de nueva España” códice florentino, Tomo I); estoy seguro que estos eventos, de haber existido como son narrados y desde las dos perspectivas culturales, estaban llenas de confusión cultural y emotiva; un libro puede describirse por 35 personas de manera diferente a 30 centímetros de distancia.

La pintura que me recuerda tanto la división de estos encuentros, al Grijalva y a las diferencia de culturas, la he visto en la obra del pintor Ruso Isaak Ilich Levitán en el cuadro Evening bells, 1892 en donde, de lado próximo del observador, podría representarse nuestra cultura y del otro la del conquistador: conquistado y conquistador se confunden en una trama infinita, trágica y circular. Desde el punto de vista fenomenológico-existencial, podemos decir que, se encontraron en un momento histórico peculiar, el “mundo y circunstancias del México Prehispánico y el mundo de los Españoles”; esta combinación tenía que mostrar un desenlace en donde las partes más arcaicas del cerebro insistieran de manera inmediata y después la parte racional (corteza prefrontal).

Todo lo anterior me llevó a pensar que tanto en los protagonistas de esta Historia como el autor de este libro pueden reflexionar en estas palabras de E. Kant: "En las tinieblas la imaginación trabaja más activamente que en plena luz."; ¿Quién en las tinieblas y quién a plena luz?

Es en síntesis, una obra interesante, lograda, llena de fuego y confusión, dramática y misteriosa.

Arturo Morlet Barjau
Junio de 2010.
©


Imagenes:

Doña Marina. Malitzin

- siglo XVI

CONQUISTA DE LA MALINCHE, LA
Autor: BARJAU, LUIS
Editorial: ED PLANETA (ME)
Formato: RUSTICA
ISBN: 9786070702006
Año Edición: 2009

http://www.porrua.com/tienda_detalleLibro.asp?CB=9786070702006

The above images are faithful photographic reproductions of original two-dimensional works of art. The works of art themselves are in the public domain for the following reasons: The images (or other media files) are in the public domain because their copyrights have expired. This applies to the United States, Canada, the European Union and those countries with a copyright term of life of the author plus 70 years. Moreover, all included images comply with the rule of the shorter term in countries that have copyright terms longer than 70 years.

sábado, octubre 11, 2008

Le Clézio y El Sueño Mexicano


Ciudadano del mundo donde los haya, este escritor francés tiene algo del imaginario mexicano en sus genes literarios.

« Je m'appelle Jean-Marie... Je me suis perdu... » parece escribir Le Clézio sobre si mismo en "Les bergers" ("Mondo et autres histories" - Gallimard, 1978), cuando como frase final, y en voz de Gaspar, su personaje, parece comenzar a describir su historia... Le Clézio se ha extraviado voluntariamente, pero es un extravío ilustrado y vagabundo, de viajero inacabable y consciente de que sus divagaciones se plasman con facilidad en el papel... y ese extravio errabundo tambien nos ha ofrecido una mirada virgen a nuestra propia identidad mexicana de mitos y leyendas, para la gran mayoria de nosotros inexistente por olvidada y hoy más extraviada que nunca... Ciudadano del mundo donde los haya, más extranjero que francés, Jean-Marie Gustave Le Clézio (Niza, 1940) ha sido nombrado Premio Nobel de Literatura 2008.

Con Le Clézio me ha sucedido algo curioso. Mucho antes de tener idea de que este autor era considerado como el mejor escritor frances vivo, leí su "Poisson d'or" (Gallimard, 1999) en francés y por casualidad; me habia tropezado con este libro entre muchos otros, justo en la esquina de la casa de Francesco del Giocondo, en Florencia, en unas cajas de vendedor ambulante, y confieso haberlo comprado porque en la contraportada de ese libro de viejo estaba escrito un proberbio Nahuatl ("Quem vel ximimati in ti teucucuitla michin" - "Oh poisson, petit poisson d'or, prends bien garde à toi! Car il y a tant de lassos et de filets tendus pour toi dans ce monde.») Esa feliz concidencia italiana me hizo descubrir una prosa facil de leer y sin embargo muy profunda, y - como lector adicto uno simplemente lo sabe - comprendí que Le Clézio era de ese tipo de escritores a los cuales uno tiene que leer por gusto... Y así, tal como leí a Hemingway, a Sartre, Sully Prudhomme o Gao Xingjian (y para tal caso al gran Joyce, que no lo recibió), es decir, sin tomar en cuenta toda la parafernalia y politiqueria que suelen atraer los premios Nobel a la hora de ser otorgados, leí a Le Clézio sin otro propósito que no sea el de leer sus libros con gran placer.

Talento y Gusto -"Snille och Smak"- el lema de la academia sueca, parece tambien definir la prosa de Le Clézio, ambiciosa y muy documentada, no obstante bien leible. Ese es el caso de sus escritos sobre nuestro país ya que Le Clézio ha sido un apasionado de los mitos aztecas y mayas y ha escrito largo sobre estos; aún hoy se confiesa, en español, como un viejo apasionado de México. Así, su obra incluye varios libros sobre el país: Les Prophéties du Chilam Balam (Las profecías de Chilam Balam), Trois villes saintes, Diego et Frida, Le Rêve mexicain ou la pensée interrompue (El sueño mexicano o el pensamiento interrumpido), Pawana...
Le Clézio se interesa por nuestras tradiciones y su relación con la cultura occidental a partir de su lectura de lo escrito sobre México por Jacques Soustelle, lo cual le llevo a indagar sobre el choque de culturas occidental e indigena durante la conquista, dura relación que según el mismo autor hoy permanece viva y se puede palpar, por ejemplo, en la Cuidad de México. Jean-Marie Gustave trabajo y vivió durante 12 años en México, parte de ellos en un pueblito michoacano, cerca de los lugares donde se desarolla Pedro Paramo,(lo cual según sus propias palabras fue presentar sus respetos a Juan Rulfo...) Su estancia en México fue “la experiencia que cambió toda mi vida, mis ideas sobre el mundo y sobre el arte, mi manera de ser con los otros, de caminar, de comer, de amar, de dormir y hasta mis sueños”.

Por eso, al conocer que había sido galardonado, no pude evitar sentír esa satisfacción de tropezarse con un viejo amigo. Hoy naturalmente se multiplican los que conocen su obra a fondo, los que siempre lo leyeron y los que analizan su prosa de manera profunda; tambien hay los que se saben conocedores de los entretelones del Premio Nobel y nos ofrecen su teoría mas o menos conspiratoria sobre de como se coció este premio... (Aunque por otro lado todos sabemos que la lista de los grandes excluidos del premio Nobel es tan ilustre como la de aquellos incluidos, Nobel no significa justicia. Además de que las declaraciones de un miembro de la Academia, entre otras tantas palabras polémicas, sobre que Europa es el centro literario del mundo, excluyendo a todos nosotros, pero principalmente a Estados Unidos, no ayudan en nada, claro esta, sobre todo cuando el mismo Le Clézio dice admirar a esa misma literatura tomándola como referente. Con esto y con todo, el Nobel literario siempre levantará ámpula y ya tiene algo de tiempo que Grande de la Literatura Universal y Nobel no significan lo mismo; pero eso no se ha de discutir aquí, los caminos tortuosos de la literatura...)

Así, y en honor a la verdad, este escritor discreto y poco mediatico, mulitcultural, gran viajero, observador desde la otredad, prolífico e incombustible, ampliamente leido en Francia, es un Premio Nobel tranquilo, por decirlo de alguna manera...

Por Paco Hernández-Castañeda
Octubre de 2008




Para saber más:

Escaneo del Autor

martes, mayo 20, 2008

Cervantes TV o el Nodo de Culturas


“Los límites de mi lenguaje son los límites de mi inteligencia.” - Ludwig Wittgenstein

Nada, querido lector, habla más de nosotros que nuestro lenguaje. Escapando a toda petulancia cultural, inútil en el sentido estricto de la palabra, en el momento mismo que estructuramos lo que vamos a decir incrustamos el intangible ADN, vaporoso pero real, de nuestra procedencia, educación, cultura y hasta inteligencia… A falta de una manera mejor de escribirlo, transcribo lo que Fernando Schwartz, Premios Planeta 1996 y Primavera 2006 (!), escribiera en el número 28 de la revista española GENTLEMAN: “Hablar bien es un privilegio personal. Quien habla con propiedad se hace entender mejor, matiza su pensamiento y sus sentimientos con mayor exactitud y utiliza un método de comunicación celebrado por su belleza. No pretendo ser pedante, santo cielo, pero hay veces en que se hecha de menos cierta elegancia, un cierto refinamiento a la hora de hablar.” Nada más claro… Y ante el embate que nuestra lengua sufre por parte de toda clase de extranjerismos de generación espontánea, desde afuera, y la debacle cultural que amenaza nuestros sistemas educativos, desde adentro, bien vale la pena hacer el mejor uso de nuestro lenguaje, lo cual para algunos solo vale para hacer de tarjeta de presentación de nuestras capacidades… o de enriquecer al menos nuestro entorno cultural de aires enrarecidos. Todo vale entonces en la defensa de nuestro idioma.

¿Y a que viene a cuento todo esto? Vaya, viene a cuento por que he asistido, de manera virtual por cierto, a un gran evento cultural a nivel hispanoamericano que me ha llamado poderosamente la atención: la inauguración del portal de televisión cultural del Instituto Cervantes en Internet. En http://www.cervantestv.es/ encuentra uno ese necesario nodo de culturas hispánicas que todo hombre o mujer culto, que se precie de serlo, ha de esforzarse por adquirir y asimilar. En este portal, cultura y lenguaje se expresan en su manera más elegante por su completitud, y la más completa por la sencillez de su elegancia. Lenguaje y fondo de nuestra cultura en modo de primerísimo mundo.

Y he dicho que me ha llamado la atención desde el momento mismo que he visitado el video documental de la exposición, que tuvo lugar en 2007, de la vida y obra de mi muy caro Don Alfonso Reyes (1889 - 1959) en la sede del Instituto Cervantes en Madrid, y cuyo “Escribir es como la respiración de mi alma, la válvula de mi moral; siempre he confiado a la pluma la tarea de consolarme o devolverme el equilibrio que el invite de las impresiones exteriores amenaza todos los días. Escribo porque vivo”, ha sido mi frase de cabecera por años, desde que llegara a mis manos aquella pequeñísima "Antología de Alfonso Reyes" que el Fondo de Cultura Económica publicara originalmente en 1963, y la cual me dejaba entrever la grandeza del genio mexicano, el cual por aquellos años 90's, tara de mexicanos, se me presentaba un poco abollado, y una de las tantas cosas por las cuales la literatura es parte de mi existencia. Así, Cervantes TV es realmente todo un acontecimiento personal.

Enhorabuena, pues, al gran Instituto Cervantes, que con este esfuerzo enorme de tecnología y recursos humanos contribuye en el enriquecimiento sin parangón de las culturas hispanoamericanas. Mi atenta invitación a visitar este espacio cultural de la mayor importancia:






Por Paco Hernández-Castañeda
Mayo de 2008


Imagenes: Instituto Cervantes

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